El joven de al lado
Fecha: 16/09/2018,
Categorías:
Voyerismo
Infidelidad
Autor: Edwan.sedafaar, Fuente: CuentoRelatos
... el ego en sí mismo seguía siendo tan misterioso en las psiques humanas para mi corta capacidad filosófica. Estando entregada a estas ideas, un rayo de luz cruzó fugaz mi memoria y abrí los ojos como globos. Recordé las mañanas de café con la señora de sesenta y tantos, en aquellos días que mi marido estaba en casa. Solía estar preocupada porque mi marido se levantara y no estuviera el desayuno listo, no es que fuera a enojarse, pero tenía tantas atenciones de su parte, que no podía bajo ninguna circunstancia fallarle yo en alguna. Después de varias veces que mi vecina me vio nerviosa, me pregunto por qué salía hacia mi casa repentinamente y regresaba tantas veces. Le expliqué el caso y el porqué no podía simplemente llamarlo por temor a despertarlo. Me preguntó cuál era su rutina y le comenté que después de despertar, tomaba una ducha y bajaba a desayunar. Perfecto, me dijo; Solo tienes que ir una vez, corre la cortina que da al balcón de tu baño, y regresa aquí. Quise replicar que eso en qué ayudaría, pero insistió en que lo hiciera y regresara. Después de hacerlo y de paso constatar que seguía dormido, regresé con la vecina y le pedí que me explicara el asunto. Ella se limitó a levantarse y a pedirme que la siguiera al piso de arriba. En la primera habitación a la derecha se encontraba el cuarto de lavado, entramos y nos dirigimos a una pequeña ventana, ella corrió la cortina y quedamos de frente al balcón y a la puerta que da al baño de mi casa. Ahí está, me dijo. Puedes ...
... ver que no hay nadie en la regadera ni en la habitación, así que solo tienes que ver por aquí de vez en cuando, y así evitas dar tantas vueltas que te harán quedar exhausta. Cómo no se me había ocurrido antes. Volteé y entrecerré los ojos para enfocar bien aquella ventana pequeña en la casa vecina. No tardé un segundo cuando pude distinguir un par de binoculares a un lado de la cortina. No quise asustarlo, así que desvíe la mirada rápido. Me parecía que ese mocoso estaba realmente enfocado en su trabajo de espionaje, así que pensé que no tenía nada de malo darle un pequeño premio por su empeño. Bajé la mirada hacia mis senos, y empecé a acomodarlos. Levanté mis dos manos y puse una en cada pecho levantándolos desde la parte de abajo. Después levante un pecho, luego lo baje y levante el otro, y repetí la operación cada vez más rápido. Sentía el peso y la carnosidad de mis pechos en mis manos. El escote de mi top era muy apretado así que no se bajaba de lugar por lo que me decidí a ayudar un poco. Bajé el escote con mi mano hasta que la sombra rosada de la aureola de mi pequeño pezón empezó a asomarse. Hasta ahí era suficiente. Quité las manos de mis pechos y me alisé las mayas. Me di la vuelta y simulé que algo se me había caído, entonces muy lentamente, de la manera más excitante posible, fui doblándome hacia abajo dejando mi trasero en lo alto. Ya estando completamente empinada, balanceé de un lado a otro mis glúteos simulando ganas de hacer del baño. Después me recompuse muy ...