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De nuevo fui infiel en un boliche
Fecha: 09/08/2018, Categorías: Infidelidad Fantasías Eróticas Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos
... muy ocupada con sus tareas y me dijo que le había entregado una abrochadora con broches metálicos a uno de los mozos llamado Ricardo para que yo pudiera subsanar el problema provisoriamente, hasta que pudiera coser bien el vestido en mi casa. El mozo, un veterano como de cincuenta y algo estaba en la barra hablando con el dueño un tipo de unos cuarenta. Cuando me acerqué de inmediato me preguntó si yo era la del vestido roto y ante mi afirmación me pidió que lo siguiera. Me hizo entrar a una pequeña habitación que usa el personal para cambiarse la ropa, donde hay un gran sofá de 3 cuerpos. Allí me entregó la abrochadora con gran amabilidad ayudándome a sacarme el tapado. Yo me giré para no mostrarle mi culo desnudo pero él lo podía ver perfectamente en un enorme espejo que había detrás de mí. Yo me percaté de eso y me puse algo nerviosa, tratando de tomar la tela de mi vestido con una mano y con la otra la abrochadora, fracasando en varios intentos. Entonces Ricardo me pidió la abrochadora diciéndome que lo dejara intentar a él. Yo pensé, en mi esposo que estaba esperando mientras yo estaba allí adentro con ese extraño, que por cierto medía como 2 metros. El se arrodilló y metió una de sus manos en mi trasero tomando la tela de mi vestido y con la otra comenzó a colocar con cierta dificultad un par de broches. El tipo se comenzó a dedicar más a mi culo que al vestido y comenzó a acariciármelo con las dos manos y tocarme la vagina desde atrás con sus largos dedos. El ...
... abundante flujo que me empapaba era muestra de mi fogosa excitación, lo cual no pasaba desapercibido por el mozo. De inmediato me separé de él diciéndole que no se propasara que yo estaba con mi marido y no era ninguna cualquiera. El me dijo que no me las diera de gran señora, ya que me había visto la vez anterior en el boliche cuando cogí con otro tipo mientras mi esposo estaba esperándome. Luego de eso se aflojó el cinto del pantalón dejándolo caer y se sacó una verga enorme que se descolgó dormida fuera de su calzoncillo, diciéndome –Dale puta estás demasiado rica y sos muy caliente. Ya he visto como bailas con tu esposo moviendo tu culo como una verdadera perra. Así que arrodíllate en ese almohadón y empezá a chupármela que te voy a dar lo que tanto te gusta- No terminaba de decir esto que yo ya estaba con la vergota en mis manos y de inmediato comencé a chupársela haciendo que se pusiera dura como un palo en un par de minutos. Tenía un botón enorme como una ciruela y casi no me cabía en la boca, mi desesperación por ser penetrada por ese grandote ya era incontrolable. De pronto se abrió la puerta y entró el dueño del boliche y se paró junto al mozo. Ricardo, el mozo, le dijo: -Viste Carlos, te dije que esta mina es una puta insaciable así que le vamos a dar como para que se vaya bien satisfecha. El cornudo de su marido la va a recibir con los brazos abiertos cuando se la mandemos llena de leche. Yo no quería ni hablar pero las palabras de Ricardo me hacían recalentar a full. ...