1. Viajando en el tiempo 1


    Fecha: 06/08/2018, Categorías: Grandes Series, No Consentido Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... esperan los demás. Volvió a la habitación y salió un momento después con el traje de baño puesto, que no ocultaba una gran erección. Se acercó a ella, que estaba poniendo el desayuno en la mesa, la arrojó sobre el tablero, quedando con el torso sobre él. Se colocó tras ella, levantó su vestido playero, apartó la braguita del bikini y se la metió en el coño. Eva gritó de dolor. No estaba preparada ni lubricada. -AAAAAAYYYYY. Ahora no, Carlos. Nos están esperando. Él no le hizo caso y estuvo metiendo y sacando su polla a pesar del daño que le hacía y que también a él le produjo molestias. La sacó, escupió sobre ella y volvió a meterla, aliviando algo el dolor de Eva. Por suerte, no tardaba mucho en correrse, y esta vez no fue distinto. Un minuto o minuto y medio después, se corría dentro de su coño mientras se dejaba caer sobre ella. -Por favor, Carlos. Tenemos que irnos. Por fin se levantó y fue a vestirse con algo ligero. Eva, después de recoger el estropicio de la mesa, intentó ir a lavarse, pero en ese momento salió su marido y la obligó a dejarlo todo e ir a la calle. Tenía prisa. Se juntaron con la familia y al poco se fueron a comer. Lo hicieron en un restaurante. Su marido solamente probó los platos, criticándolos en todos los aspectos y sin parar de ...
    ... beber. Al terminar, jaleados por las prisas que tenía su marido porque había quedado con alguien, y estando ya todos de pie, Eva tuvo necesidad de ir al baño. La humedad de la corrida de su marido, mantenida por la braguita, le estaba generando irritación, teniendo que ir sola porque nadie la acompañó. Sentada en el inodoro, con la braga del bikini en los pies, sintió una leve sensación de mareo, cerró los ojos un instante, y cuando los abrió se encontró en el suelo de una gran habitación, algo mareada, pero pudiendo distinguir que había más cuerpos a su izquierda y derecha. Algunos hacían mención de levantarse preguntando donde estaban y qué había pasado, pero un hombre musculoso, vestido solamente con un pantalón vaquero corto y una camiseta blanca, les daba golpes con una fusta terminada en un trozo de cuero y obligaba a tumbarse de nuevo y permanecer en silencio. Por una puerta sacaron a otra mujer más, que colocaron al final de la fila. -¡Venga, despertad y poneos de pie! Apoyaos unas con otras si estáis mareadas. ¡Rápido, rápido! Les dijo el de la fusta. Entonces pudo darse cuenta de que todas eran mujeres. Contó dieciséis. Agradeceré sus comentarios y valoraciones, tanto positivos como negativos. Si prefiere en privado, amorboso arroba hotmail punto com. 
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