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La nueva limpiadora
Fecha: 03/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos
cinturón, bajó la portañuela, empuñó el pene, encorvó su espalda y comenzó a mamar de él, acariciando el glande y el frenillo con su lengua; los labios de Eva resbalaban con facilidad por el tronco del henchido cipote de Germán ya que ella babeaba cada vez que éste entraba y salía de su mojada y fruncida boca. Más tarde, Germán le pidió a Eva una pausa, porque quería chuparle su coño, tomarle el sabor a hembra excitada; lo deseaba con todas sus ganas. Entonces Eva se sentó, se quitó las bragas, se repatingó con el chocho vuelto hacia él y se dejó hacer. Los líquidos precoitales salían por su rajita y Germán los sorbía con hambre voraz, mientras respiraba agitadamente por la nariz. Luego se acostaron juntos, como dije, y tú, lector, leíste anteriormente, y fue una follada antológica, de esas de cuerpos entrelazados y coordinados a ritmo creciente que acaban en gritos de placer: cuando él la empujaba con su culo, ella recibía las acometidas de su polla con entusiasmados jadeos y gemidos; cuando él la volteaba para ponerla a gatas, ella le correspondía moviendo su pelvis hacia atrás para lubricar la penetración del vigoroso falso en su esponjosa, mojada y abierta vulva sombreada; sus tetas grávidas se movían como farolillos agitados por la brisa, sus pezones rozaban el borde de la almohada; cuando él empezaba a sentir que la eyaculación le sobrevenía, ella sostenía su orgasmo hasta el paroxismo. "Cariño, me parece que también tu sable quedó bien limpio", dijo Eva al salir del piso de Germán. Éste le sopló un beso desde la palma de su mano.