1. Buscando tazas de La Bella y la Bestia


    Fecha: 02/08/2018, Categorías: Hetero Infidelidad Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la vida en aquel momento: verla entrar y salir de aquel cuerpo. Notó como la mirada de ella se desviaba a un lado. Él no se había dado cuenta pero el coche que había estado allí desde el principio se había aproximado. Pudo ver como la rubia y su chico estaban mirándolos. Y en la posición en la que estaban seguro que lo estaban viendo todo. La mirada de Marcos se concentró en la de Verónica. -Y me importa una puta mierda que nos miren. Ella esbozó una sonrisa y lo besó. Él se agarró la polla y doblando algo las rodillas se llevó el glande hasta que quedó sobre el coño de ella. Lo movió arriba y abajo notando como ella se estremecía. El glande parecía resbalarse, parecía que pensara sólo y que quería entrar sí o sí solito en aquella raja. Pero no entró sólo, fue Marcos quien lo dirigió. Entró deslizándose, muy fácilmente. Allí con ella con sus brazos alrededor de su cuello, sus bocas unidas en un beso, empezó a mover las caderas para follarla. Lentamente, porque cada vez tenía más claro que le faltaba poquísimo para correrse. Notaba el tremendo calor que emanaba del interior de ella, notaba un cúmulo enorme de cosas, desde las piedras en los pies, hasta el olor a ella, las gotas de sudor que recorrían su cuerpo, las gotas de sudor que recorrían el cuerpo de ella… pero sobre todo estaba el deseo de follarla. -Creo que no puedo. Voy a irme. Ante eso, ella lo besó más intensamente. Pero antes de correrse él quería penetrarla en otra postura. La mordió en el labio inferior y ...
    ... levemente hizo, apretando sus caderas, que se girara hasta quedar de espaldas. Ella no opuso ninguna resistencia. Él dio un par de pasos atrás, colocó una mano en la espalda de ella haciendo que se colocara en posición. Colocó el pene, enfundado en aquel condón ya todo chorreante de fluidos, entre los dos cachetes del culo. Lo apretó con un par de dedos contra la piel de ella. Dio otra vez un paso adelante para que el pene subiera, rozando la piel de ella hacia la espalda. Sus huevos estaban en contacto directo con la vulva de ella. Lo podía sentir perfectamente. Lo volvió a repetir. Le gustaba aquello. Aunque no podría hacerlo mucho porque notaba que se iba a correr de un momento a otro. Con los dedos presionando la polla y volviendo a dar un pequeño paso atrás la hizo descender entre los cachetes de aquel trasero. Llego al ano de ella. Hizo que el glande dibujara un círculo alrededor de él y lo presionó levemente. El ano cedió un poco. Verónica se estremeció, pero no protestó. Marcos siguió con los dos dedos empujando su polla. Y la colocó sobre la vulva. Miró hacia el coche que los observaba. Vio que no perdían ojo de lo que pasaba. El tío los miraba absortos y la rubia, diría Marcos, andaba entretenida mirando y masturbándose. Penetró de nuevo a Verónica. Los labios de su coño cedieron sin esfuerzo. La mano de él que estaba agarrándola notó como la piel de ella se movía ante las sacudidas que le provocaba aquella postura. La polla se movía dentro de ella. Marcos se mordía el ...