Una visita inesperada
Fecha: 25/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DARK, Fuente: CuentoRelatos
... mi cintura, sentí el calor de sus manos en mi piel y me atrajo hacia él. Comenzó a besarme suavemente el cuello, la cara y las orejas. Luego su boca busco la mía, me beso, su lengua exploro cada rincón de mi boca. Su lengua buscaba la mía y ambas se enlazaron en una suave y cálida danza. Note un agradable sabor a menta y compartió su chicle conmigo. Casando de mi boca y de mis labios bajo por mi cuello, por mis hombros, hasta encontrar mis pechos. Se deshizo hábilmente de la parte de arriba de mi bikini. Sus manos los masajeaban suavemente. Mientras, su lengua no dejaba de jugar con mis pezones ya duros como piedras. Yo estaba inmóvil, no me dejaba que mi moviese, dejándome hacer. Me llevo hasta la cama, me tumbo en ella y me quito la braguita del bikini. El tiro su camiseta y de libero de sus vaqueros. Volvió a mis pechos estimulándolos hábilmente. Luego bajo por mi vientre hasta mi sexo, no dudó un instante, lo devoro. No dejo un solo milímetro en el que no sintiese la suavidad de sus labios, la humedad de su lengua o el calor de su aliento. Lamió mi clítoris con maestría, volviéndome loca de placer haciendo que me aferrase con fuerza a las sabanas con mis manos, abrió mis labios con sus dedos y la punta de su lengua penetro mi intimidad. No dejo un solo segundo de estimular ese botón del placer que tanto me gusta. Estaba totalmente empapada, por los fluidos que manaban de mi interior y por su saliva. Levanto mis piernas colocándolas sobre sus hombros situándose de ...
... rodillas frente a mí. Empezó a penetrarme despacito, haciendo que sintiese cada centímetro de su polla invadiendo mi interior. Cuando se supo completamente dentro el ritmo suave con el que comenzó a follarme fue incrementándolo progresivamente. Tus embestidas, pausadas y seguidas, se convirtieron en fuertes y enérgicos golpes de cadera conforme mi rostro y mis ojos te indicaban mi necesidad. Cansado ya de hacérmelo en esa posición me ayudo a ponerme a cuatro patas. Haciendo que mi culo en pompa estuviese a su entera disposición. Comenzó a comer mi coño y mi culito desde atrás, su lengua recorría una y otra vez el camino que separaba mi clítoris de mi puerta trasera. Cuando supo que estaba nuevamente a punto empezó a follarme mi palpitante y caliente coño. Le encantaba poseerme así, viendo como sus embestidas me movía hacia adelante cada vez que me la clavaba hasta el fondo, y sintiendo como mis tetas bailaban al ritmo que el imponía. Su mano alcanzo mi boca. Comí sus dedos mojándolos con mi saliva. Cuando considero que estaban suficientemente ensalivados empezó a perforar con ellos mi culito prieto, sin dejar en ningún momento de taladrar mi coño con su potente herramienta. Sus hábiles dedos prepararon concienzudamente mi ano para lo que a él más le gustaba. Cuando vio que mi culo quería algo más grande y contundente, saco su polla del túnel que la alojaba, entrando despacio pero con fuerza. Sentía dolor conforme me invadía ese gran trozo de carne dura y caliente, pero poco a poco, ...