Le fui infiel a mi novio y lo gocé
Fecha: 24/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: carmenmosqueda, Fuente: RelatosEróticos
... pero era muy corto, así que mis piernas relucían al cien y cuando me sentaba pues el vestido se subía y mis muslos eran una delicia para los ojos de cualquier hombre, sumado a que las medias daban esas dosis femenina de sensualidad. Además el vestido era de manga larga por lo que no fue necesario llevar algún saco o algún abrigo y así podía lucir mis tetas sin impedimento alguno] Ya en el coche fuimos hablando de cosas superfluas y sin importancia: mi exposición, el motivo de la cena familiar, cuánto tiempo llevaba con José Luis, algunos de mis gustos, etc. En cierto semáforo, su mano derecha soltó la palanca de velocidades y la puso sobre mi muslo izquierdo. —Se te ven divinas las medias, ¿son de seda? [Inserten aquí mi risita nerviosa] —Así es, pero no era necesario que me tocaras, jajaja. —Y separé su mano de mi pierna. Era evidente que no iba a mostrarme como una chica fácil, pero confieso que su acto me gustó y encendió mi chip de la coquetería. Invariablemente durante el trayecto se dio un festín viendo mis piernas, el vestido se subía demasiado y me tapaba lo estrictamente necesario. — ¿Por qué tan coqueta? El clima es más bien frío para un vestido, ¿no? [Pensé: shit, por qué me pregunta eso] —En realidad es una especie de competencia con mis primas. Seguro hoy irán a la cena y siempre que nos vemos en reuniones como estas o en año nuevo presumimos de nuestros mejores vestidos y obvio hoy no quiero quedarme atrás. [Si tú supieras que me vine así por ti] pensé. —Pues ...
... te ves guapísima. Muy sexy. Él fue vestido de forma mucho más casual. Un pantalón negro de mezclilla, una camisa de cuadros bastante linda y una chamarra negra de piel. Se veía muy guapo, la verdad. Y así, entre piropos llegamos a la pizzería. O sea, este tipo me había comido a besos el viernes anterior y me había metido mano de lo lindo, y ahora me llevaba a comer pizza como si fuéramos los mejores amigos o como si fuera mi primo consentido. Por otro lado pensé que era lo mejor, que lo que pasó quedará ahí y no insistiera en algo más; además por su nuevo trabajo, ya no íbamos a poder vernos e ir a comer sería una buena despedida. Qué equivocada estaba. Pedimos una pizza de vegetales, una copa de vino y algo de pasta. Seguimos platicando de lo más normal, hasta que las preguntas empezaron a subir de tono. — ¿Y por qué el viernes no quisiste acompañarme al departamento? Te juro que la habríamos pasado muy bien. —No lo dudo, pero ya había quedado de regresar con las niñas. Además como te dije ese día, tengo novio y creo que con los besos fue más que suficiente, ¿no? Jajaja— le contesté. — ¿No te calenté ni un poquito? —Sabes perfectamente que sí, pero eso es todo lo que puedo hacer por ti. Jajaja. —Puedes hacer mucho más, yo lo sé. Seguimos platicando sobre aquella noche, sobre la terrible cruda del otro día y muchos temas más. Su nuevo trabajo, su soltería y demás. Terminando de comer, pasamos a comprar un helado en la misma plaza donde estábamos y entre todo esto ya casi eran ...