Le fui infiel a mi novio y lo gocé
Fecha: 24/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: carmenmosqueda, Fuente: RelatosEróticos
... las 5 de la tarde. — ¿Me acompañarías a recoger un documento que necesito? Es en una oficina por aquí cerca y te juro que no me tardó, además todavía tenemos algo de tiempo. —Vale, no te preocupes. Y así fue. Nos volvimos a subir al coche, donde me siguió preguntando medio en broma el porqué de mi negativa del viernes y lo arrepentido que estaba por no haberme insistido más. Estábamos por la zona de la colonia Del Valle cuando se estacionó enfrente de lo que parecía ser un edificio, así que supuse que habíamos llegado al lugar donde recogería su documento. Sin embargo, lo que me pareció extraño fue que prácticamente nadie pasaba por la calle y a decir verdad, tampoco se veía movimiento de entrada o salida de personas del edificio. Una vez que apagó el coche, pensé que se bajaría y yo ahí lo esperaría pero no fue así. —Todavía no es hora, no te preocupes, tenemos tiempo para seguir platicando. ¿Puedo hacerte una pregunta? —, me dijo. Me quedé un poco sorprendida pero accedí. — ¿Qué tipo de pregunta?—. Y puse de cara de incomodidad. —Mira, por fuera te ves increíble, el vestido te queda lindísimo, los botines y las medias te hacen ver muy sexy y tu pelo se te ve hermoso, así que sólo quiero saber qué traes debajo de eso. ¿Puedo saber? Hice una mueca de descontento, mueca que pareció no importarle. —No, no puedes saber. O sea. —Dime, llevo días fantaseando con tu ropa interior. Sabes que me encantas y por eso te pregunto. No tiene nada de malo. Esas palabras hicieron un eco en ...
... mí. Inconscientemente me gustaba saberme deseada y más por un chico que, por una u otra razón, me atraía. Mi tono de voz bajó, y empecé a asumir un rol sumiso. —Bueno, si te digo, ¿yo también puedo preguntar algo después? Solamente se rió, asintió con la cabeza y se acercó demasiado a mí. Instintivamente ese acercamiento me puso muy nerviosa y seguramente lo notó. Puso su cara muy cerca de la mía y empecé a sentir por todo mi cuerpo la misma adrenalina que había sentido aquella noche en el bar. —Traigo un brassier negro y unos cacheteros negros de encaje. Ya, eso es todo. Jajaja. ¿Satisfecho? —, lo dije mirándolo a los ojos pero en cuanto acabé mi oración bajé la mirada. Con su mano derecha me alzó la cara, me miró fijamente a los ojos y me sonrió. La izquierda la extendió sobre uno de mis muslos y ahora no tuve ningún impedimento en que ahí la dejara. —No, no estoy satisfecho. Y entonces se inclinó y, como la otra vez, sus labios se posaron sobre los míos y comenzó a besarme. A pesar de las circunstancias, el beso fue más romántico que intenso. Fue delicioso como todos los que hasta ahora me había dado. Inmediatamente puse mis manos en sus bíceps para sostenerme mejor y que el beso fuera con mayor cadencia. Nos separamos y le pregunté: —Ahora puedo hacerte mi pregunta. —Claro, la que quieras. — ¿Puedo yo saber lo que traes debajo de tus pantalones? Ahora que lo escribo me sigo ruborizando. Tomé un par de copas de vino pero ni siquiera eran excusa para que haya preguntado algo ...