Le fui infiel a mi novio y lo gocé
Fecha: 24/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: carmenmosqueda, Fuente: RelatosEróticos
... pudiera vernos. Finalmente acabó la canción, dejamos de besarnos y volví de nuevo a la realidad. —Vaya que besas riquísimo, eh. —Lo mismo digo Dani, jajaja. —Qué confianza, ya hasta Dani me dices. Eso me gusta. Te espero en 5 minutos en el pasillo que lleva a los baños de hombre. Si no vas, lo entenderé. Y se regresó a la mesa con los demás. Yo hice lo mismo, Gisela seguía besando al chico que había conocido y Karen estaba en un concurso de shots con los demás. —Oye golfa, vi todo, qué pasó. Jajaja—me dijo la muy estúpida. —Ni yo sé, sólo sé que me gustó jaja. Me voy a perder un poco, pero no me tardo, cuida a Gis, ya es súper tardísimo—le respondí. —Ok, no te vayas a tardar para ya irnos. Aquí estaré. Me sirvieron el último shot y me di cuenta que Daniel ya no estaba, así que supuse que ya se había ido al lugar que me había propuesto. Me lo tomé y espere un par de minutos, antes de irme y decir que iba al baño. Ya no quedaba mucha gente, así que en el pasillo que llevaba a los baños sólo había una pareja besándose y al fondo alcancé a ver a Daniel. Me recibió con un: —Sabía que no me fallarías—. No le dije nada, con ambas manos le tomé la cara, lo atraje hacía mí y nos empezamos a devorar a besos. Esta vez, a diferencia de la pista, los besos eran más cachondos, más furibundos y con más pasión. En las pausas, le decía que me encantaba su barba y sus brazos. Él tomó una de mis manos y la puso sobre su abdomen debajo de su playera, me indicó el camino y luego yo seguí sola. ...
... Le toqué su pecho, su abdomen y la parte baja del ombligo sin llegar a más. Después de comerme la boca, sus labios fueron hacia mi cuello y a susurrarme cosas en la oreja. —Llevo meses soñando con esto, ¿sabes?, me encantas flaquita. Tienes un cuerpo de ensueño. Una de sus manos se posó arriba de una de mis bubis y con la otra masajeaba mi culo como puberto desesperado. Luego finalmente sus dos manos las colocó en mis nalgas, sobándolas, apretándolas y dándoles pequeñas palmaditas. Estábamos fajando de lo lindo pero muy en el fondo de mí sabía que esto no podía llegar a más, que una cosa era haberme besado con un chico que me atraía, pero llegar a más era impensado para mí. Quizá ya era infiel, pero serlo sexualmente era un paso que no podía dar. — ¿No te gustaría que fuéramos al departamento de uno de mis amigos? Hay espacio para ambos—me dijo. —No puedo Daniel, sé que va a sonar ridículo pero tengo novio. —No pienses en él ahora, él ni siquiera se va a enterar —La pasé muy bien contigo hoy pero ya debo irme, mis amigas me están esperando. —Bueno, entonces aunque sea déjame aprovechar estos minutos. Empezó a meterme mano de lo lindo. Puso uno de sus dedos encima de mi conchita, por encima de los leggings y con la otra mano masajeaba mis bubis como un loco degenerado. Me aseguré que no viniera nadie y me saqué una teta para dársela a probar. Se había portado tan bien que no podía negarle uno de mis dos mayores encantos; la besó, la chupó y la mordió hasta que se cansó. Ya se ...