La pertenencia (15): La fiesta
Fecha: 28/09/2017,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: ibarra.heber, Fuente: CuentoRelatos
... más!" Intervino otro. Mientras Domingo forcejeaba con alguien que le detenía el paso, yo salí de mi lugar, tomé una vara eléctrica y se la puse en su mano, sin palabras. Cuando él estaba irguiéndose, antes de que pudiera decirle o hacerle algo, le dio una fuerte descarga. ¿Quién le había mostrado el regulador de intensidad? Musculín cayó como un saco de papas, gritando de dolor entre sus dientes apretados. Domingo ya sólo observaba atónito. Ella tomó un látigo de por ahí cerca. Caminaba desnuda en sus tacos, con el látigo en la mano y le empezó a dar latigazos como una dominatrix con experiencia. "¿Tú crees que puedes hacer lo que quieras con las cosas de mi dueño? ¿Ah?" "¡Ayuda! ¡Hagan algo! ¡Sáquenmela!" Se irguió sobre sus rodillas y ella le enrolló el látigo alrededor del cuello. Con un tirón lo boto al suelo. "¿Quién te dijo que te podías parar hijo de puta?" A estas alturas ya había perdido toda capacidad de asombro ante las cosas con que salía, como cuando le soltó el látigo del cuello con un hábil movimiento de muñeca. Le siguió dejando surcos rojos en la piel. "Yo te avisaré cuando haya ...
... terminado contigo. Te voy a enseñar a respetar la propiedad ajena." Lloraba como un niño, no estaba disfrutando su nuevo rol. El público agolpado sí estaba disfrutando del espectáculo, Domingo incluido. Su actuación era de su completo agrado. Ella me miró y con una señal mínima de mi parte dejo el látigo de lado. "Vístete, nos vamos." Mientras yo hacía lo propio, Domingo se me acercó. "Hermano, este carajo nos ha dejado mal a todos. Claro que lo compensó con un buen espectáculo el mierda." Rio. "¿De dónde la sacaste?" Ya vestido le dije "Ni ella sabía que podía hacer las maravillas que está haciendo." Le hice un gesto para irnos. Felipe salió de entre el público que se dispersaba comentando. "Chao Domingo." nos estrechamos la mano con fuerza. "No te imaginas lo iluminador que ha sido tu fiesta para mí. Muchas gracias." "Un gusto Matías, te cuidas hermano." Una vez afuera Felipe le abrió le puerta del auto, en fuerte contraste con el trato inicial que le dio. Cuando ella estaba adentro, antes de que entremos, se me acercó y me dijo en voz baja, con una voz profundamente sentida. "Estoy enamorado."