Sexo en la oficina (1)
Fecha: 13/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
SEXO EN LA OFICINA Capitulo I Soy casada y me coge mi jefe del trabajo Mi nombre es tan común en este país que lo voy a mencionar, me llamo Guadalupe, tengo 26 años, me han dicho que soy guapa y de buen cuerpo, soy casada desde hace casi dos años y trabajo como recepcionista en una oficina de gobierno, mi esposo trabaja en el departamento administrativo de una empresa constructora que tiene contratos en todo el país y constantemente realiza viajes cortos, de menos de tres días, a diferentes estados de la república. Soy una mujer muy fogosa y antes de casarme tuve muchos novios con los cuales disfruté del sexo en todas las formas posibles, pero desde que me casé le había sido fiel a mi esposo quien me satisface sentimental y sexualmente a plenitud, sin embargo mi nuevo jefe en el trabajo me atraía sobre manera, no es del tipo que se pueda definir como guapo pero si muy varonil, de unos 35 años, desde que llegó a trabajar ahí ejerció en mí una atracción inevitable, desde el primer día sentí que su mirada traspasaba mi vestimenta y me sentía desnuda ante su vista, lo que me excitaba sobremanera y sin premeditarlo me comportaba coqueta con él. Mis pensamientos constantemente estaban centrados en él, no tan solo en cuestiones de trabajo sino también en los días de descanso, incluso llegué a tener la fantasía de que me estaba cogiendo mi jefe cuando en realidad estaba teniendo sexo con mi esposo y aunque me reprimía a mí misma de estos pensamientos me era inevitable volver a ...
... tenerlos. Un día se dirigió a mí diciéndome "Guada", refiriéndose a las primeras sílabas de mi nombre, automáticamente le conteste en son de broma y de manera coqueta que no estaba "aguada", que tenia mi cuerpo muy firme y pasé mis manos por mis nalgas y la parte superior de mis muslos, él tan solo sonríe y aclaró lo que me había dicho, lo hice a manera de juego pero creo que en realidad le estaba mandando un mensaje subliminal invitándole a tocar mi cuerpo. A través de los días la broma fue tomando forma hasta que en una de esas mi jefe hizo la finta de querer tocar mis nalgas para cerciorarse de que efectivamente mi cuerpo era firme, me quite diciéndole que me tocara pero en el brazo no en el trasero, él me dijo en broma que como yo siempre me tocaba las nalgas él creía que debía ser ahí, ambos reímos pero con cierta picardía que invitaba a intentarlo nuevamente, se notaba que mis nalgas le llamaban poderosamente la atención y casi podía sentir su mirada en mis glúteos cuando me daba la vuelta para retirarme de su oficina e intencionalmente me ponía los vestidos, faldas y pantalones que mas ajustados me quedaban para lucir lo más posible mi trasero procurando que se me marcaran las diminutas pantaletitas que acostumbro usar para provocar aun mas sus miradas y deseos, tal como lo hacia cuando era soltera y quería llamar la atención de los chico que me gustaban. Pero no me conforme con ello, me empecé a poner las cortas minifaldas que ya no llevaba al trabajo desde que me casé, ...