Entre amigas no hay secretos
Fecha: 12/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Anal
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... continua parada, mientras yo me doy gusto mamando esos pequeños pechos. Bajo a su ombligo y lamo su pubis. Paola solo me toma de la cabeza y escucho sus suspiros. En esa posición le remuevo su tanga y es obvio que esta excitada, pues un hilo de liga se desprende y se hace largo mientras se las bajo. La acuesto en la cama y me dedico a besar y lamer su rica conchita y Paola solo gime, y veo que ella quiere ver cómo me como su cuca. No sé cuánto tiempo pasé lamiéndola, pero cuando presentí que estaba a punto de venirse, hice una pausa y me coloqué en posición de misionero. No la penetré, solo me mantuve sosteniendo mi glande, para que este masajeara su pronunciado e inflamado clítoris y así me pasé por varios minutos. Creo que sufría y quería gritarme que la penetrara, pero yo jugué con su ansiedad y mi verga seguía masajeando su clítoris y amenazaba con penetrarla y mi glande apenas se hundía entre esos mojados y calientes labios de su vulva. Hacía todo esto, mientras mamaba sus pechos o lamia su cuello y Paola solo gemía de placer. Llegó el punto que ella meneaba sus caderas con esa ansiedad de ella misma clavarse mi verga y le jugué con su ansiedad hasta que explotó con un orgasmo al vacío, el cual se lo mojé y llené cuando le dejé ir mi verga hasta el fondo de su ser. Paola gimió de dolor, pero luego se hizo evidente el placer. Jadeaba, gemía. Su piel estaba eriza y su vagina palpitaba enviándome esa electricidad por medio de esas mojadas paredes. Paola decía algo que no le ...
... entendía, pues sus palabras a la vez eran sofocadas por la excitación y emoción: ¡Tony, eres malo, eres muy malo! Cuando le pregunté el porque me decía que yo era malo me explicó que estaba al borde de tocar el cielo y quería que le penetrara y ella se venía y sentía los espasmos y quería sentir ansiosamente mi verga adentro de ella. Luego me habló que por primera vez tenía orgasmos múltiples, pues cuando la penetré y comencé a taladrar su rica cuca, se vino en tres ocasiones más. Lo que parecía que cada orgasmo era más potente que el otro. Yo lo sentí así también, pues sus espasmos eras más fuertes y su vagina me apretaba la verga aún más. Paola al calmar su excitación me da una rica mamada y le dejo su boca llena de mi esperma y que distorsiona su lindo rostro, pues mi corrida le ha salpicado los ojos. Ella vuelve a decirme algo que muchas chicas me han dicho: - Su corrida sabe a jugo de naranja. En ese momento llegamos a tomar más confianza, le noté que había superado su nerviosismo o quizá ese sentimiento de culpa por serle infiel a su marido por primera vez. Pasamos al baño y nos duchamos y donde Paola me llena de halagos y yo intento hacer lo mismo, pero se concentra en mi falo haciendo la siguiente plática: - ¡Wow! Diana no exageraba, usted tiene el miembro más grande que he visto. Pensé que me haría daño, y aunque me dolió un poco, usted lo hizo con un cálculo preciso cuando mi excitación se elevaba. - ¿Te fuiste rico? - Rico no es la palabra adecuada: creo que súper ...