Recuerdos de Sandra - Segunda Parte
Fecha: 09/06/2018,
Categorías:
Zoofilia
Autor: strayxsuperfan, Fuente: SexoSinTabues
... fiesta saliendo a la calle para seguir intentando hasta que, por fin en la noche, consiguió hablar con ella, que también era de la capital. Consiguió una reunión una semana después y cerró el trato de inmediato, ya que había conseguido previamente el dinero necesario, sin importarle que sus amigos le dijeran acerca de lo lejos que estaba del trabajo o que esa zona eran casas de fin de semana, lo que haría que estuviera sola en esa calle la mayor parte de la semana y del año. Era "per-fec-to". "Tengo a Galdalf, que me defiende", decía. Y si, la defendía no como parte se su manada, si no como cualquier macho canino defiende a su hembra. Tan bien lo hacía que eventualmente dejo de coger con humanos allí y la casa terminó siendo territorio de él, no el lugar de Sandra. Es por ello que, a excepción de después de montarla o en ocasiones especiales, él ya no se sentía obligado a obedecerla siempre. Por esa razón, si organizaba una reunión sabía que tenía antes que satisfacerlo a él hasta saciarlo, cosa que aceptaba sin remilgos ni quejas. Era su hembra, si. Pero tenía que mantenerlo tranquilo siempre para poder mantener el secreto. Normalmente las sesiones de apareamiento sucedían en viernes y con ella llegando temprano, es por ello que, aunado a las dos semanas desatendido y a sus feromonas de hembra ovulando, el perro la poseyó apenas la tuvo al alcance. Héctor corrió a ayudar a su hermana, aunque no se había desmayado propiamente. Aún estaba de pie cuando se le pasó el mareo, que ...
... fue muy rápido, pero el tiempo suficiente para romper el momento incómodo. La reunión alcahuetera terminó con un "nos ponemos de acuerdo” y como su hermano guardó silencio de su borrachera del día anterior (como ella hacia cada que él llegaba en estado inconveniente o impresentable para sus padres, que no era infrecuente), de eso no se habló mas. Pero ella sabía que había ocurrido. Por eso a todos les sorprendió que en los siguientes meses se alejara de la mascota que ella había conseguido con tanta ilusión más de año y medio antes. A pesar de haberse adueñado de la virginidad de su can, a Gandalf se le olvidó pronto. Habiendo descubierto a más perritos cómo él y después de que el hermano arregló más citas amorosas, se acostumbró pronto a las hembras de su especie. Al contrario, Sandra pasó más de un año hasta sacarlo de nuevo a correr. Se estaba poniendo gordo y todos sabían lo peligroso que es eso para la cadera de un gran danés. La insistencia familiar la hizo ceder y como él no volvió a husmear su entrepierna, ella empezó a sentirse segura de nuevo con su perro. La reconciliación comenzó una tarde de sábado cuando volvieron a quedarse solos en casa y mientras ella veía televisión en shorts una tarde de junio. El se metió a la casa, poniéndola nerviosa y gruñó cariñosamente al verla sentada. Como pensando que había hecho algo muy malo la miró, lo que la derritió casi haciéndola llorar y acariciar su enorme morro. "Está bien peque, ya. Perdóname, soy una tonta". Terminaron ...