1. La chica perfecta... ...y el polvo perfecto


    Fecha: 24/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La verdad es que nunca pensé que me atrevería a escribir esto. Compartir mis más perversos pensamientos con el resto de los internautas es algo que no se me había pasado por la cabeza. Pero aquí estoy. Espero que todos los lectores/as disfrutéis leyendo esto. Por cierto, la situación es ficticia, pero los personajes no. Ante todo creo que debería presentarme. Mi nick es MachoMan, un nombre un tanto estúpido y más bien poco original pero como me lo acabo de inventar, pasa. Soy estudiante, tengo 17 años y, la verdad, no soy un ligón precisamente. Lo que voy a narrar a continuación me gustaría que hubiera pasado este curso, pero no pasó ;-(. Hace ya bastantes años, cuando aún estaba en el colegio me encapriché de una chica muy maja ella, llamada Mariana. Le pedí salir juntos e incluso le hice un par de regalitos de esos que supuestamente tanto gustan a las mujeres ( flores y tal ), pero no pudo ser. El tiempo pasó y la olvidé hasta cierto punto ( hasta tuve tiempo de sacarme una novieta aunque la experiencia fue lamentable ), pero cuando empecé el último curso de instituto coincidí con ella en la misma clase. Ahora era , si tal fuera posible, era más guapa aún. Mi mujer perfecta: bajita, esbelta, ojazos azules , una cara de ángel impresionante y muy muy femenina. Todo ello me hacía dudar si era realmente un ser humano o un enviado del cielo. Yo, como soy así de $%&/ , me sentaba en primera fila al lado de un buen amigo al que llamaba Murdock. Los estudios no le iban bien y se ...
    ... dio de baja para largarse a nocturno, quedando un sitio bacante a mi lado. Mariana había llegado tarde el día de escoger los asientos y tuvo que estar en una silla más antigua que el instituto sin ni tan siquiera pupitre. La suerte me sonrió en aquella ocasión. Tuvo que cambiarse al sitio del Murdorck, desocupado ahora, o lo que es lo mismo: a mi lado. Los día y las semanas fueron pasando y cada vez fuimos cogiendo más confianza. Charlábamos de cosas estúpidas y no tan estúpidas. Sabía que no tenía novio, lo cual redujo mi número de palpitaciones hasta niveles razonables. Yo iba mejor en los estudios que ella, pese a que no soy un empollón, así que a menudo le echaba una mano. Pronto le echaría las dos. Filosofía era lo que peor se le daba y , casualmente, a mi lo que mejor. La loca de la profesora había puesto un examen con dos semanas de anticipación, pero como Mariana es así no había rascado libro hasta dos días antes. Yo, como ya tenía la materia más o menos memorizada me ofrecí para ayudarla. Aceptó. El examen era el viernes y el miércoles a la " hora del patio " comenzamos a trabajar. Estaba peor de lo que creía, a penas sabía nada. Así que en 30 minutos poco hicimos. Ella parecía bastante desesperada y le pregunté si quería estudiar esa tarde, después de clase, en la biblioteca . Dudó un instante, pero me hice el inocente con eso de " no pienses mal " y finalmente aceptó. Esta chica me ponía ( y de hecho me sigue poniendo ) a 100. Y cuando nos vimos en la biblioteca mi ...
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