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La excursion naval
Fecha: 18/11/2025, Categorías: No Consentido Autor: ALIPEDROSA, Fuente: TodoRelatos
... desactivados convenientemente el primer día y arrojados al mar. En medio de esa conversación, se abrió la puerta y los dos guardianes entraron en el camarote. Llevaban en sus manos toallas y botes de lo que parecían ser jabones y cremas. Sin mediar más palabras que un triste buenos días, las ordenaron tumbarse bocabajo sobre la cama, a lo que obedecieron. Casi desnudas y solas encerradas allí con aquellos individuos, no se sentían nada seguras y era mejor no enfadarlos. Primero fue el turno de Patri. Uno se sentó sobre su espalda, mirando hacía sus pies descalzos. Su peso la hacía daño y dificultaba la respiración, a la vez que estaba inmovilizada. Mientras tanto el otro hombre agarraba el bikini de la chica y procedía a bajárselo y sacarlo por sus tobillos. Sin demora, la separaba sus nalgas en busca de su ano. Patri intentaba retorcerse y patalear, pero el peso de aquello dos hombres, uno en su espalda y otro sobre sus piernas, se lo impedía. Gema miraba aterrada a su lado sin atreverse a hacer nada. Pensó que iba a ser violada analmente, pero pronto Patri notó que algo entraba por su orificio, era un líquido abundante. La estaban poniendo un enema. Después llegó el turno de Gema. Mismo protocolo, mismo procedimiento. La chica fue desnudada y con una especie de perilla su ano también fue convenientemente regado. No pasaron muchos minutos hasta que las chicas tuvieron que ir con urgencia al inodoro, evacuando violentamente aquel líquido de su interior. Se ...
... turnaban una y otra sentándose en aquel váter, bajo la mirada desde el exterior de aquellos hombres. Se sentían tan mal, que lo que menos le importaba era que las viesen cagar aquella porquería que les habían inyectado. Cuando por fin sus cuerpos se estabilizaron, fueron obligadas a ducharse convenientemente y bajo la mirada de ellos. Primero Gema y luego Patricia fueron pasando por la ducha, les facilitaron esponja, champú para su pelo y gel de ducha. Los dos hombres las indicaban dónde y cómo debían de lavarse, como si de niñas de 6 años se tratase. Luego se envolvieron en toallas y echaron perfumes árabes que les facilitaron. Después de mucho tiempo se sentían limpias y por fin con su cuerpo cubierto, aunque fuese solo una maldita toalla. Por fin los hombres se fueron y se quedaron de nuevo solas en el camarote. Mientras tanto, aquellos dos hombres trabajaban apresuradamente en la sala del fondo del pasillo. La plataforma que había hecho las veces de escenario el día anterior, lucía ahora con un extraño aparato a modo de potro, y la zona donde estaban los 2 sofás, estaba ocupada ahora por 2 camas grandes, quedando los sofás desplazados a los lados. Cuando los hombres avisaron que ya estaba todo preparado, los 4 árabes bajaron a la sala. También parecían haberse duchado y lucían unos albornoces blancos atados con una lazada en su parte delantera. Entraron allí, comprobaron que todo estaba a su gusto y se sentaron en los sofás. Acto seguido, los guardianes ...