Las aventuras de Benito y su perro “Husme” XI - Relatos Eróticos

Las aventuras de Benito y su perro “Husme” XI

... mañana y las botellas de cava que traigo para meterlas en el frigorífico, luego subimos tu ropa al dormitorio y de paso les damos tiempo a las recién folladas para que se acicalen. – dijo Gracia volviendo a reír silenciosamente ante las evidentes palpitaciones que percibía en su mano – Pero estas pulsaciones tan aceleradas son por el susto o por el esfuerzo que has tenido que hacer con la madre y la hija. Ja, ja, ja …

Hicieron lo que ella le acababa de indicar, y mientras colocaban la ropa en los armarios del enorme vestidor, Benito le confeso lo sorprendido que estaba pues se encontró todo recogido, cuando su cama había quedado totalmente desmontada tras la bacanal de la noche anterior, y de nuevo Gracia le sorprendió diciendo:

-Me lo he imaginado, y como tenía planeado que te trajeses a Merche para darla un buen repaso, mientras te probabas la ropa esta mañana he llamado a Mun, ya que he visto que le has entregado un juego de llaves, y le he dicho que cuando llegasen las mujeres que me limpian la casa, a las que también he llamado, les abriese la tuya para que estuviese preparada para una visita especial. Lo que no me esperaba es que también haya venido su hija Fátima, más aún cuando ella misma me ha confesado esta mañana que era virgen.

-Pues eso, era virgen, ya no. – dijo Benito de forma humilde, como si fuese culpable de algo – Pero la cosa de ha desmadrado, y nunca mejor dicho.

-Vaya con don Benito, te vamos a tener que llamar el desflorador de doncellas, ...

... anoche a Mun y esta tarde a Fátima. – volvió a reír alegremente Gracia – Hay que joderse como te cunde con lo apocado que parecías.

-La verdad es que tanto la una como la otra se lo han guisado y comido ellas solitas, yo solo he puesto el cucharon. – dijo siguiendo la broma Benito – A Flor la incitaron Bea y Julia, pero a Fátima su propia madre que le ha comido la boca y creo que algo más. Estoy viviendo algo tan irreal como si fuese Alicia en el país de las maravillas, aunque aún me falta por ver un conejo que hable.

Tras un ataque de risa que le dio a Gracia por la ocurrencia de Benito, decidieron no demorarse más en bajar ya que suponían que a Merche y Fátima les habría dado tiempo para asearse, ponerse el bañador y estar menos provocativas, pero cuando bajaron a la piscina, cuál fue su sorpresa al encontrarse con ambas totalmente despelotadas y tomando tranquilamente el sol despatarradas y boca arriba sobre el césped, y la hija con el gatito enroscado sobre su tripa y con “husme” tumbado a su lado. Fue Gracia la que al verlas las dijo:

-No hace falta que os levantéis para saludarme, se os ve muy cómodas y relajadas, se nota que Benito os ha apabullado con su hospitalidad, y eso vendrá bien para que no os revolucionéis con la noticia que voy a daros.

-Coño, es verdad, - dijo riendo y sentándose Merche sin darle ninguna importancia a su desnudez – Pero resulta que tenías razón, Benito es especial, el tierno polvazo que nos ha echado hasta nos ha hecho olvidar que ...