1. Atada para otro hombre


    Fecha: 17/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Hecuba, Fuente: TodoRelatos

    Le conocimos mi dueño y yo en el bar al que solemos ir. Siempre estamos en la barra, disfrutando de la agradable conversación del propietario y de cualquier otro “compañero de taburete”, tal y como llamamos a toda persona que, en ese entorno, le apetezca socializar con nosotros.
    
    Nos cayó majo desde un inicio, y a mí siempre me tuvo ganada por dos motivos en particular: nunca decía palabrotas y usaba zapatos limpios e impecables. No quedábamos nunca con él como tal, simplemente nos lo encontrábamos de vez en cuando, hasta que de tanto roce hubo cariño y ya intercambiamos móviles. De hecho, yo creo que empezó a frecuentar el bar precisamente por nosotros, pero nunca se lo he preguntado. Hay cosas que están mejor en la imaginación y no hay porque arruinarlo todo con la cruda realidad, ¿verdad?
    
    Mi dueño fue quién un día, ya en casa y después de haber compartido con él más de una consumición aquella tarde, soltó la liebre.
    
    “¿Te gustaría que te follara?”
    
    La pregunta mentiría si dijera que me pilló por sorpresa. Algo ya me olía. En nuestro acuerdo bondage tenemos estipulado que mi dueño puede compartirme sexualmente con otro hombre a su elección, siempre y cuando salga de él y no de mí y yo acceda a su proposición. Hasta ese momento sólo tenía dos experiencias previas al respecto. La primera vez cuando consolé a un amigo suyo al que le había dejado la novia esa misma semana con sexo oral y la segunda cuando masturbé a mi dueño y a un invitado en casa.
    
    Ambas ...
    ... experiencias me gustaron y, lo más importante de todo, habían sido graduales. Me gusta expandir mis límites de poco a poco porque soy un poco cobardica, y aunque hay cosas que siempre he querido hacer sexualmente solo me siento con confianza para hacerlas si he ido subiendo escalón por escalón.
    
    “¿Qué has pensado?”, le pregunté a raíz de esto mismo. Estaba convencida de que quería llevarme un poco más lejos de lo habitual.
    
    “Creo que él es el indicado para realizar aquella fantasía tuya”, dijo haciendo un mutis demasiado largo para mi gusto. “La de atarte para que te disfrute otro”.
    
    Sonreí en el acto. Pues sí, era un muy buen candidato. Me parecía atractivo y buena gente, además de que no le conocía lo suficiente como para llamarle amigo, por lo que esa distancia que nos separaba me hacía sentir cómoda en el hecho de que tener un encuentro sexual con él no tendría por qué cambiar nuestra incipiente relación.
    
    “Además, así podrías hacer eso que siempre me has comentado que te gustaría hacer, lo de tu tarjeta secreta de presentación”
    
    ¡Cómo no iba a querer a ese melón que tengo por dueño y novio si siempre piensa en todo!
    
    “Si quieres le doy un toque y así que miro cuándo podemos quedar los tres y dejar que fluya tu magia” añadió.
    
    Y a la semana siguiente ya habíamos quedado con él. En el mismo sitio a nuestra hora habitual. El encuentro fue como cualquier otro con la diferencia de que yo me había puesto más mona de lo normal. Tuvimos muchas risas y buena conversación ...
«1234...»