1. Cuando follé con mi suegra (2 de 3)


    Fecha: 16/09/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Carloss, Fuente: CuentoRelatos

    ... y abrió lentamente sus grandes muslos echándose hacia delante para que su culo saliera en cierto grado del asiento del sofá. Con una mano sujetaba sus nalgas y con la otra abría ansioso sus grandes labios para perder mi nariz en el interior de la vagina que 30 años atrás dio a luz a la que ahora es mi mujer.
    
    Era morboso pero la excitación podía conmigo y mi lengua no tardó en penetrar aquel agujero húmedo y lamer de arriba abajo todo el camino que me mostraba. Sus manos se apoyaron en sus muslos haciendo presión sobre ellos para crear la abertura perfecta para mi mamada y entonces me centré en su clítoris. De vez en cuando miraba hacia arriba y la veía con la boca abierta, los ojos cerrados y suspirando de verdadero placer. Ella misma se abrió la bata y se sacó una teta, que una vez libre fue masajeada por sus propias manos.
    
    Mi pantalón iba a reventar y terminé sacándomela fuera mientras seguía succionando su coño que por entonces chorreaba un riquísimo líquido femenino. ¡Y eso que dicen que las mujeres maduras no lubrican bien! Pronto empezó a convulsionarse y morderse el labio inferior y yo lo vi todo desde aquella ridícula posición en el suelo. Fue alucinante. Se corrió en mi misma boca y fue lo más dulce que me pasó en vida. Una vez compuesta me miró con mirada de culpabilidad, se reincorporó y cogiéndome de la mano me metió en el cuarto de baño de invitados.
    
    Eran las tres de la mañana y estábamos cometiendo una locura. Pero…. ¿Qué locura!. Se desvistió por ...
    ... completo con la luz encendida y mirándome a los ojos me preguntó:
    
    -¿De verdad me crees hermosa?
    
    No tuve más remedio que echarme a reír y le susurré que era la mujer más deseable que había conocido y que cada centímetro de su cuerpo representaba para mí la belleza de toda una diosa.
    
    Me desnudó y agachándose empezó a chuparme el pene y masajearme los huevos. Yo me incliné sobre ella y le cogí sus tetas, pellizcándolas por los pezones mientras envestía su boca suavemente. Le avisé que iba a correrme, pero antes quería follarla y tal como se lo dije me sonrió. Se incorporó y se recostó sobre el lavabo mostrándome ese enorme culo duro y redondo lujuria de cualquier hombre.
    
    -Fóllame como la otra vez, por favor… fuerte…
    
    La agarré de la cintura y le mordí la espalda y cuello mientras mi polla buscaba ansiosa un hueco por donde entrar. Se abrió las nalgas con sus propias manos, lo cual me puso aún más cachondo. Era increíble digerir todas aquellas emociones. El hecho de ver a mi suegra, mi propia suegra abriéndose enterita para mí y mostrándome su intimidad más absoluta. Le metí toda mi erección de un solo golpe y me agarré fuertemente a ella mientras la cabalgaba. Ella suspiraba fuerte y se dejaba hacer. Le cogí uno de sus muslos y levantándolo lo puse encima del filo de la bañera para así poder ver bien como la penetraba y fue alucinante.
    
    Mi cuerpo chocaba una y otra vez contra su enorme trasero y mi mano podía azotarla suavemente en sus cachas. Ella no dudó en meter ...