Secretos de familia. La tía es mi puta (Parte 1)
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... Mientras bajo pantalón y tomo el miembro para embocárselo, ella aparta la tela de la tanga, alarga la mano para tantear el tamaño. – Woww, está gorda, que buenooo! No hubo mucho tiempo para mimos, las ganas por entrarle nublan mi razón, solo entrarle es el sentido de mi vida en ese instante. Me “agarre” con todas mis fuerzas de sus nalgas y se la mandé de un solo evión. - Ahhhhhhh! Me vas a romper!! Fue la respuesta de Nené, sentirse tomada con tanta vehemencia, entiende, comprende, le duele pero disfruta, la invasión de verga colma su deseo. Me muevo con vehemencia, empujando la pelvis y jalando de sus nalgas. Ella acompaña enlazando sus pies en mi espalda y sus manos en mi cuello. Acoplados al máximo estamos en la danza ritual del sexo urgente. - Más, dame más, dame más, quiero todoooo Los gemidos, jadeos y ruegos de más acción se suman y alternan con diferentes matices, los acordes de la música triunfal del orgasmo comienzan a retumbar en sus oídos, la excitación efervescente late dentro de ella con la fuerza de un ciclón. – No pares, no pares, sigue, sigue más…. Fueron las últimas palabras mientras estoy batiendo con intensidad la pija dentro de la conchita. El estruendo interior de su sexo, late y contrae como si fueran oleadas de tensión, es la forma de manifestarse el sexo durante ese orgasmo tan intenso. Ahoga sus gemidos apretando su boca en mi hombro. No aflojo el ritmo de la penetración, empujo más fuerte, más profundo, haciendo variar el tono y textura de los ...
... gemidos, conozco bien esa fluctuación del orgasmo, sus saltos y caídas hasta dejarla vacía. Sin parar de meter y empujar, de apretar y forzar dentro de su vagina, siento el latido en los riñones, la tensión de los músculos cuando preparo el momento supremo, ella entiende mis latidos, dentro de la emoción que la embarga puede saber que estoy preparando la eyaculación. - Adentro, la quiero dentro, por favor, necesito mi leche…. No fue necesario que repita el pedido, entré tan fuerte y profundo como pude, el gemido se le atragantó cuando sintió el embate de la poronga golpear en el fondo, justo cuando el primer chorro de semen se derrama dentro, leve vaivén para poder largar todo el contenido seminal. Terminé de vaciarme, seguí asido de sus nalgas una eternidad, no quería soltar a mi presa, permanecer por siempre en ella… - Vamos, vamos bebé, debemos volver al mundo real… A desgano me retiré de su conchita, arrastrando una parte del semen vertido, tomé una toalla que estaba secándose para que se pudiera limpiar el resto de mi esperma que comenzaba a escurrirse. Quedé con la pija en moderada erección, barnizada con sus jugos y los restos blanquecinos de la esperma joven. - No la guardes, espera… quiero lamer esta lechita que hiciste para mí. Se hincó y limpió con esmero los restos del sexo. Volvimos al grupo familiar por separado, en un momento el tío Roque le acaricia la cara y dice: - Estás acalorada… - Claro, es la bebida, por eso salí al balcón para tomar un poco de aire fresco… ...