Secretos de familia. La tía es mi puta (Parte 1)
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... de… ti… Por un instante pensé que nunca lo diría, pero sentí que tal vez no hubiera otra oportunidad, y salté al vacío. Sin mirarme, bebió un sorbo de champán y apoyando su mano sobre la mía dijo: - Te costó decirlo no? Pero has visto que no era tan difícil… tranqui, me gusto que lo dijeras, solo estaba pensando cuanto tardarías en hacerlo… - Y si no fuera así… - Yo te lo diría a ti. Uff!!, qué alivio, de pronto sentí como si se me abrían las puertas del cielo, me dejé acurrucar “bajo el ala” de esta mujer que colmaba mis deseos de pendejo calentón con tantas ganas de comerme una madurita. En ese momento recuerdo cuando siendo un púber el tío Roque me llevó con una amiga para que me hiciera debutar como hombre y me enseñara el abc del sexo y la seducción, ahora era el momento de aplicar las enseñanzas justamente con su esposa. Pero como dije al comienzo, en la familia son de practicar la monogamia flexible y salvo violación o abuso, todo lo consentido es permitido, a buen entendedor huelgan otras explicaciones. - Dime Luis, de cuántas ganas estamos hablando? - Bueno… de muchas… de todas… - Puedes ser más preciso? - Bueno… Ejem!!!. Ganas de… hacerte el amor… -instintivamente bajé la vista - Vamos, vamos!!! -me levantó la barbilla - No te vas “apichonar” ahora… si pudiste decirlo, ahora tendrás que afrontar lo que has dicho… Hacía todo fácil, hasta se aseguró que no hubiera “moros es la costa”, arrimó su cara para besarme, respondí del mejor modo, un beso en la boca. Pero ...
... era el momento que la experiencia se trasvasa en un beso: - Solo déjate besar, acompaña y copia el movimiento de mi lengua. Así…. Era su primera lección de besos, intensamente obscenos, profundos, con jugueteo de lengua que tenía las experiencias de haber visitado muchas bocas, ahora era la maestra de besos de succión. Prontamente el alumno superó a la maestra, según sus dichos, mucho. El beso de lengua tiene la profundidad y dimensión de abrir la intimidad de la persona, mucho más que el contacto sexual, sus besos eran palpitaciones que podía reflejar en su cintura, sentía latir su piel bajo la camisa. El beso nos había encendido de tal modo que corríamos peligro de quemarnos en la hoguera de esa calentura, la continuidad comiéndole la boca y mis manos recorriendo la intimidad de su cuerpo producían gemidos que pugnaba por ahogar dentro de mi boca. - Sácame de acá, habrá algún lugar donde escondernos? - Sí, vamos… En la azotea hay un lavadero, vamos… Saliendo por separado la llevé al cuarto de lavado, trabé la puerta con el mango de una escoba y nos matamos a besos. De los besos pasamos a los hechos, la incomodidad del sitio tenía la simbología del erotismo. Hacerlo sobre la lavadora es un clásico del sexo furtivo, tomada de la cintura la senté sobre la tapa enlozada, levanté la falda, ella elevó las piernas hasta apoyarlas en mis hombros, metí mi cara entre sus piernas para ahogarme en aromático fragor de su sexo. El tiempo apremia, el deseo urge, todo prisa, todo fuego. ...