Tres amigos 4
Fecha: 23/09/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... simplemente cerré la puerta y lo llevé hasta el borde de la cama, allí comencé a tocarle su miembro a través de la ropa y vi que inmediatamente se ponía erecto, así que le abrí la portañuela, se lo saqué y comencé a mamarlo con mucha delicadeza. Mientras hacía esto, me fui quitando la ropa hasta que quedé desnudo completamente y entonces comencé a quitársela a él, primero los pantalones y el calzoncillo, luego el pullover, los zapatos y medias, y todo esto sin soltar de mi boca su más que tieso rabo, que por cierto tiene una curva hacia la derecha, lo cual lo hace bien especial. Una vez sin ropa, comencé a pasarle las manos por sus peludas nalgas, pues a diferencia de los otros dos, tiene una cantidad de pelos muy negros de la cintura para abajo que es increíble. Para no asustarlo, le pasé después de un buen tiempo, los dedos por la raja, pero sin detenerme en su huequito. Un rato después, me levanté y lo senté a él en el borde de la cama y le presenté mi miembro, él como siempre, le pasó bien la mano hasta dejarlo bien seco y entonces comenzó a mamar, pero con cierto asco (igual que siempre). Estuvo así un rato y entonces me acosté y le pedí a él que también lo hiciera y poniéndome para sus pies, comencé a mamársela, acercándole mi miembro a su cara, pero se negaba a hacer el sesenta y nueve. Entonces comencé a acariciarle suavemente su culito y como no protestaba, le puse un poquito de crema y le fui introduciendo el dedo poquito a poquito, se lo metía, se lo sacaba, se lo ...
... volvía a meter tratando de que entrara un poco más profundo y todo esto sin dejar de pasar mi lengua por sus huevos, por besar su endurecido y brilloso glande, por acariciar con la lengua su frenillo, en fin, haciendo todo lo posible por ponerlo bien deseoso, metiéndomela hasta donde no podía, lo que me producía fuertes arcadas. Entonces me senté, me puse bastante crema en la cabeza de la picha y le pedí, más con los movimientos que le hacía con las manos que con la voz, a que se pusiera en cuatro patas en la cama. Me puse de rodillas detrás de él y se la presenté, pero sin intentar metérsela, solamente pasándola de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba a todo lo largo de su raja. De vez en cuando me detenía en su culito y le hacía un poquito de presión para irlo abriendo un poquito. Con este juego, se fue desesperando y poco a poco fue bajando sus brazos hasta quedar apoyado en los codos, con lo que me quedaban sus nalgas bien altas y el huequito bien abierto. Además le acariciaba los costados, con lo que se erizaba todo y se echaba hacia un lado y el otro como huyendo de las sensaciones que le producía esto. Entonces comencé en serio a tratar de penetrarlo, pero me costaba bastante trabajo, pues era bien cerradito. De todas maneras, y como ya él se había decidido a que se la metiera, aguantó sin quejas lo que le hacía. Una vez que la cabeza le entró, todo fue más fácil, pues lo que tengo más ancho en mi miembro es la punta, así que una vez que entra, prácticamente ya ...