Tres amigos 4
Fecha: 23/09/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Donde relato cómo logré tener relaciones anales con el tercero de los amigos Ya solamente faltaba Oscar en tener relaciones anales, pero él era diferente a los otros dos, quizás un poco más tímido, tal vez porque no era tan exhibicionista como los otros dos, la cosa es que no podía pasar de marmársela un rato y él solamente un poquito a mí, pues era (y es) extremadamente higiénico, así que siempre antes de meterse la picha en la boca, trataba de limpiarla lo mejor posible, que no tuviera ni una gotica de líquido preseminal, y entre paréntesis, yo tengo una superproducción de ese producto, por lo que en cuanto me caliento, se me humedece la cabeza de la tranca casi por completo. Él solamente chupa un ratico y en cuento siente algo de líquido diferente de su saliva en la boca, suspende la mamadera, así que tenía que conformarme con mamar su pinga para mantenerlo a tono con los otros dos. Pero sus dos amigos no son como él, y cuando un día estando los tres le dije a uno de ellos que me acompañara al cuarto, vino conmigo sin dificultades, dejando a Oscar y Juan jugando en una de las PC. Un vez adentro, nos desnudamos y comenzamos a hacer un 69 y luego de un rato, comenzamos a templar y yo tratando de no venirme, así que cuando Santiago me pidió que le hiciera una buena paja, pasé mi mano por sobre su costado y comencé a darle hacia arriba y hacia abajo a su bien recto rabo (creo que si se le pone una regla a lo largo, no quedaría ni un espacio entre la carne y el material ...
... del instrumento) mientras yo me movía a un ritmo que no iba a hacer que me viniera. Por fin logré que eyaculara y después de un rato se la saqué. Él fue a lavarse al baño y luego fui yo a limpiarme bien la picha. Entonces le hice señas a Juan y vino para el cuarto, mientras Oscar se quedaba jugando entonces con Santiago. Como siempre, comenzamos a mamarnos, pero sobre todo yo disfrutando de la "especialidad de mi joven amigo", pues realmente sentaba cátedra en eso de mamar. Si por mí fuera, me dejaría llevar por las sensaciones y siempre dejaría que me mamara hasta venirme, pero ese no era el propósito, sino disfrutar los dos todo lo posible. Todavía hoy, muchos años después, sigo recordando con deseo esos carnosos y pulposos labios Esta vez me senté en la cama y él se sentó sobre mí, después de ponerme y ponerse crema para que le entrara sin dificultad. Pasó sus piernas por mi espalda, doblándolas y pegándose todo lo que podía. Así estuvimos un buen rato y luego comencé a pajearlo y le dije que no me iba a venir dentro de él, pues quería ver si Oscar estaba dispuesto a entrar también al cuarto, con lo cual estuvo de acuerdo, pues también quería que su otro amigo entrara en la singadera (según sus propias palabras). Cuando terminamos, él se fue para la computadora, yo fui a lavarme de nuevo y regresé al cuarto, pues le había dicho a Juan le transmitiera a Oscar mis deseos de que viniera un rato él también al cuarto. Al poco rato, se apareció bastante apenado, yo no hablé, ...