1. Las hermanastras (Parte 3)


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... boca de Martu. Y eso es todo, bueno, todo no, ya que como te dije, gracias a su testimonio estamos libres. Martu, añadió. -Ahora vamos a volver a vuestro pueblo. Les tenemos que devolver los 300 euros, y de paso, comerles el coño bien comido, a punta de recortada, no queremos que se sientan culpables de dejarse. Esteban, le preguntó -¿Y eso? -Me da a mí que antes de obligarlas a comerse los coños, eran dos beatas de mucho cuidado. Pedro, le dijo a Esteban: -Dos mujeres, beatas, liadas en nuestro pueblo. ¿Quiénes serán? Esteban le preguntó a las dos muchachas: -¿Y cuándo vais a volver a nuestro pueblo? -Habíamos pensado ir esta noche. Eran las 12.30 de la madrugada. Dori y Martu, a lomos de sus motos (hondas) llegaron a un bosque que había cerca de la casa de Jerónima. Dejaron agachadas las motos... Llegaron a casa de Jerónima. Les extrañó que la puerta de la casa estuviese abierta, pero no le dieron importancia. Se acercaron a la puerta de la habitación y sintieron gemidos. Recortadas en mano irrumpieron en ella. Dori encendió la luz. Pillaron a Jerónima con la cabeza entre las piernas de Alpidia. Le dijo Martu a Dori: -Mira las hermanitas que bien se lo montan. Dori, apuntándolas con la recortada, les dijo: -¡En pie! Jerónima no se lo podía creer. -¿Cómo nos podéis hacer esto después de lo que hicimos por vosotras? -¡Por qué somos malas! ¡¡En pie!! Jerónima y Alpidia salieron de la cama. Dori se agachó delante de Jerónima y Martu delante de Alpidia. Comenzaron a comerle los ...
    ... coños. Martu le dijo a Dori: -Esta está tan empapada que no me aguanta la lengua ni dos minutos. -¡Anda que esta! ¿Las follamos? -Las follamos. Dori y Martu sacaros del bolsillo trasero de sus jeans dos condones. Se los pusieron a los cañones de las recortadas. Los metieron en las bocas y los ensalivaron. Alpidia estaba excitada y asustada. -No poner los dedos en los gatillos, por Dios bendito, no los poner que se os puede ir el dedo. Dori, ordenó: -¡Abrir las piernas! Las hermanastras abrieron las piernas. Los cañones entraron apretados en los coños... Al rato ya estaban tan lubricadas que entraban y salían produciendo un placer tan grande a las hermanastras que no paraban de gemir, y más cuando Dori y Martu giraban los cañones dentro de los coños. Dori, le dijo a Jerónima. -Cuando te vayas a correr quiero que me lo digas. ¿Cómo te llamas? -Jerónima. -¿Me lo vas a decir, Jero? -Sí. Martu, le dijo a Alpidia. -¿Y tú cómo te llamas? -¡Alpidia! ¡¡¡Y yo, yo ya me corro!!! Alpidia se corrió. El jugo mucoso de su corrida bajaba por los cañones de la escopeta recortada. Sus piernas temblaban y sus gemidos eran deliciosos. Estaba acabando Alpidia, cuando le dijo Jerónima a Dori: -¡Me viene! Dori la folló más aprisa. -¿Qué te viene? -¡¡¡Una corrida como un mundo!!! Y como un mundo fue la corrida que encharcó los cañones. A Jerónima tuvo que sujetarla su hermanastra, ya que las piernas le temblaban tanto, que si no la sujeta, se desploma. Al acabar de correrse Jerónima, Martu, besó a ...
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