El nuevo maestro del pueblo (10)
Fecha: 19/02/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... aún. Tenía la polla morcillona, pero ya daba indicios de enderezarse abultando la bolsa que formaba el tanga.
Como si estuviese todo planeado, Elena se incorporó y fue hasta mi para agarrarme de la mano y llevarme frente a Teresa, que seguía espatarrada sobre el sofá. Ya tan cerca, y completamente desnuda, tan solo con el liguero, me di cuenta del buen trabajo que había hecho el cirujano plástico. Las tetas eran imponentes, y los pezones parecían dos pitones apuntándome. Ella se tocaba el coño, ya algo mojado, pasándose los dedos entre la impresionante raja que formaban los gruesos labios vaginales. Los muslos eran más gruesos y atractivos que los de Patricia, y eso reconfortó mi mente pues me esperaba dos palos.
Elena se colocó tras de mí, y comenzó a restregar sus tetas contra mi espalda, y su pelvis contra mi culo. A su vez metió las manos mor delante y comenzó a manosearme el bulto que se formaba bajo el ridículo tanga. Al momento mi polla y mis huevos se salían entre la tela con una erección total. Teresa abrió los ojos como si se fuesen a salir de las orbitas cuando Elena saco la polla fuera de la tela mostrando la dureza y tirantez que había cogido. El tronco lucía más duro que una piedra, y las venas labraban sendos surcos entre la piel.
Elena comenzó a pajearme con lentitud con sus dedos rodeando la dureza, y Teresa se incorporó casi de un salto para comenzar a lamer el hinchado capullo. Sus lamidas eran arrolladoras, rodeando todo el capullo con una ...
... lengua larga y carnosa ávida de polla. Después de varias e impetuosas lamidas, paró para mirar la endurecida polla con fijeza.
- Joder, no me lo podía creer, pero es tal y como me la describió Patri! – exclamó escrutando cada centímetro de mi miembro.
Tan solo hizo falta un pequeño gesto de Teresa para que Elena se retirase. Cuando nos quedamos solos me atrajo hacia ella haciendo que me inclinara y me besó en los labios, algo que pensaba que no iba a suceder, pero sucedió. Con patricia no ubo besos, tan solo follar y follar, y pensaba que con teresa sería igual, pero un beso tras otro sobre mis labios hizo que nuestras lenguas se encontrasen. Con una mano agarrando mi polla fue haciendo que poco a poco me arrodillase entre sus piernas mientras nos fundíamos en desgarradores besos, casi violentos. Me sentí como un cervatillo en las fauces de una fiera leona.
Ya arrodillado, ella misma se introdujo el capullo entre los gruesos labios vaginales a la vez que esbozaba un leve gemido contra mis labios.
- Estoy ardiendo, pero quiero sentir como me la metes lentamente, pero sin parar hasta que entre toda. Un rabo como el tuyo no lo disfruto todos los días. – susurró contra mis labios
Su voz era profunda, gutural, como si saliera desde su estómago, he hice lo que me pidió, clavándosela lentamente hasta que mis huevos chocaron contra sus nalgas. Apretó los dientes, gimió, y se retorció el gesto de su cara durante esa lenta pero dura penetración. Pude sentir como mi capullo ...