El nuevo maestro del pueblo (10)
Fecha: 19/02/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... comentó Teresa antes de irse.
Me quedé mirando a la condesa sin entender exactamente lo que pasaba. Ella me sonrió y me pidió que la acompañase a la pequeña sala donde habíamos follado la primera vez. Sirvió un par de vasos del estupendo whisky añejo que tenía y nos sentamos. Genoveva cruzó sus estupendas piernas mostrándome gran parte de sus muslos y comenzó a hablar.
- Que te ha parecido Teresa?
- Como has dicho, se conserva bastante bien.
- Teresa no es exactamente como Patricia, a ella le gustan ambas cosas.
- A qué te refieres?
- A que le gustan los hombres, pero también las mujeres. Ahora está dándose un buen calentón con Elena antes de comenzar la fiesta contigo.
La condesa puso en marcha la pantalla y apareció la entrada de la casa. Comenzó a pasar con el mando por diferentes estancias hasta que apareció la sala donde estaban Teresa y Elena. Ya estaban las dos en ropa interior, sujetador y ligueros, pero sin bragas. Elena lucía su alfombrado coño de vello oscuro y rizado, y Teresa se pasaba los dedos por unos abultados labios vaginales, seguro que operados.
Estaban de pies, y Teresa se colocó contra la espalda de Elena pasando una mano sobre las tetas y la otra por el coño.
- Te gusta que te toque?
- Si, señora.
- Te voy a poner muy caliente para que después me hagas una buena mamada de culo y de coño. Quiero que me dejes bien preparada.
Elena comenzó a gemir al sentir como los dedos de Teresa se insertaban en su coño.
- Me gusta ...
... lo ardiente que eres, zorra! – exclamó Teresa con fiereza.
Los dos observábamos la pantalla sin hablar, hasta que la condesa dijo.
- Esto no te lo muestro para tu deleite, tan solo es para que veas cómo es Teresa, y sepas cómo tratarla.
- A Patricia supe cómo tratarla sin que me mostrase nada.
- Tuviste suerte, aunque no conocía esa faceta suya, pero no quiero que improvises y lo jodas. Hasta ahora vas muy bien y quiero que sigas así.
Teresa provocó que Elena se corriera, y se sentó en un sofá abiertas de piernas con medio culo fuera. Su culo parecía también levantado y con una redondez casi perfecta, supuse que sería una operación más de su cuerpo. Elena se arrodillo entre las piernas levantadas y comenzó a lamer como una perra sedienta. Subía con la lengua hasta el coño depilado, y volvía a bajar para metérsela en el culo.
- Dios, que bien lo haces zorra. Tendría que tener una sirvienta como tú en mi casa, que gozada sería sentir estos lametazos a diario, ahhh!
Elena siguió lamiendo y chupando un buen rato hasta que Teresa le dio un grito para que parase.
- Es tu turno. – me dijo en ese momento la condesa – Desnúdate en la sala de al lado y entra solo con los calzoncillos.
Me llevó hasta la sala de al lado y me dejó solo para que me desnudase. Otra vez que el puto tanga ridículo. Entre sin llamar, como me había dicho, y en ese momento Elena estaba comiéndole las tetas a teresa que gruñía como un animal. Las dos me miraron, y me sentí más ridículo ...