Chantaje a mi puta perra xxii - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra xxii

... perjudique, no sé si le has dado explicaciones, pero si no lo has hecho, hazlo, dile la verdad, dile que tu AMO te lo ha prohibido.

-Lucía. -No, no le he dado explicaciones, pero mañana antes o después del examen se lo diré.

-Procura que sea antes, y observa su reacción, y depende de lo que veas, le dices que si quiere que la sigas usando, tendrá que hablar conmigo, siempre y cuando tú quieras seguir haciendo uso de ella.

-Lucía. -Uffff, sí que me gustaria, es viuda y tiene 60 años, pero no los aparenta, y si echo la mirada atrás, creo que esta educada, pero eso seguro que lo sabrá ver usted mejor que yo.

-Victoria. -Ya está la comida en la mesa SEÑOR.

-Vamos a comer, ¿y el cornudo?

-Lucía. -No vendrá hasta la seis, le he dado permiso, tenía no sé qué.

-Vamos a comer, que Jara se tendrá que ir a trabajar.

No sentamos a la mesa los tres, quedándose Victoria de pie.

-Cuando yo esté aquí, te quiero en lencería, póntela y siéntate a comer con nosotros Victoria.

-Lucía. -Ahora sin tratamientos mama.

Se fue a la cocina y no tardo en volver.

-Cuéntame el rollo que te traías con tus profesores.

-Lucía. -Tengo seis profesores, cuatro son mujeres y dos hombres, y las dos únicas que he suspendido, son porque a pesar de insinuarme un poco, no vi ni el más mínimo interés.

-Jajajaja, eres digna de tus padres, háblame de la de mañana, ya tendremos tiempo de hablar de las otras.

-Lucía. -No sé porque, pero desde la ESO, siempre me han atraído ...

... las mujeres mayores, y siempre las trataba con superioridad y a Manoli (así se llamaba la profesora), más de una vez le respondí mal, pero desde que descubrí a mi madre, desde que leí sobre la dominación, mi trato hacia ella fue a peor, y mis miradas desafiantes, hasta que un día en clase le falte al respeto delante de todos, por lo que me cito en su despacho. Fui con intención de disculparme…

Lo voy a narrar como me lo conto.

-Lucía. - ¿Puedo pasar Manoli?

-Manoli. -Pase usted y siéntese señorita Lucía.

Ella estaba apoyada sobre la mesa, con cara de pocos amigos, por lo que me temí lo peor, pero a la vez al verla que se había quitado la chaqueta del traje, y solo estaba con una falda gris y una blusa blanca, me acorde de mi madre.

-Manoli. -La he llamado porque voy a abrirle un expediente de expulsión, lo que ha hecho usted delante de sus compañeros no merece otra cosa, pero he querido…

Y ahí todo cambio…

-Lucía. - ¡¡¡Que me vas a expulsar, quien coño te crees que eres vieja!!!

Vi a mi madre, no sé cómo explicarlo mejor, vi que se puso de pie, pero que no era capaz de mirarme, por lo que me envalentoné y acercando a ella, la cogí del pelo con fuerza y pegando mi cara a la suya…

-Lucía. -Sabes vieja, no solo no me vas a echar, sino que te vas a poner de rodillas y me vas a pedir perdón, o de la paliza que te doy, te mando al hospital.

Vi como a través de su blusa se le marcaban los pezones, al soltarla, se puso de rodillas…

-Manoli. -Lo siento ...