1. Fantasías de una mujer madura/ cap. 9


    Fecha: 31/10/2024, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... inadvertidamente sus rotundas caderas, y que a pesar de llevar blusas abotonadas hasta el cuello, no puede evitar ocultar ese par de tetas enormes que tiene delante, abombadas y grasientas que le cuelgan en el pecho como una vaca recién parida.
    
    —¡Menuda milf!
    
    Sin duda nadie entendería el morbo que supone para un sobrino pervertido como yo emputecerla. Mi objetivo ha sido ese desde el principio, cuando llegué a esta maldita casa de mierda, emputecer a mi tía la recatada, profesionista e íntegra, pero que en el fondo tiene la vagina más caliente que un volcán en erupción.
    
    El morbo que me producía hacer de la tía Roxi una devoradora de penes; un depósito de semen, y una adicta al sexo, me llevó a tomar medidas drásticas para lograrlo.
    
    Cuando mi madre me envió a la casa de la putitía y el cornutío (para tener una mejor alternativa universitaria en la ciudad, oportunidad que no tendría en el pueblo en el que vivía) no pensé que podría divertirme tanto como lo estoy haciendo ahora, toda vez que las referencias que tenía del tío Chucho y de la tía Roxi no eran las mejores. Todo empeoraba por el hecho de que no estarían en casa sus hijos, Julio, Mónica y la buenorra de Abril, ésta última a quien le había dedicado mis primeras pajas de la historia.
    
    La tía Roxana desde el principio me recibió con gusto y dedicación, no lo niego, aun con los precedentes que le precedían, por la chismosa de mi madre. Yo tampoco tenía buenas referencias de mi tía, ya que después de tantos ...
    ... años de conocerla yo bien sabía que ella tenía un carácter muy difícil y crítico, y peor, teniendo la fama de ser la más presumida de la familia, incluso por encima de la religiosa y pretensiosa de la tía Sugey, que vive en el norte del país, y que tiene dos deliciosos atributos buenos para serlo.
    
    El que definitivamente nunca me soportó, desde el principio, fue el soso y pusilánime del tío Chucho, que día y noche se dedicó a difamarme ante la tía Roxi con el único propósito de que ella me corriera de su casa.
    
    —Cabrón panzón.
    
    Y cuando digo que me difamó es sólo por decir una palabra, ya que la verdad sí tengo que reconocer que me pasé de lanza, y que todo de lo que el cornutío me acusaba ante la putitía era cierto, aunque ella no lo creía.
    
    Que yo la morboseaba descaradamente y delante de él, viéndole sus gordas carnes, hablando de sus grasientas tetas, de su seboso culo, de su cara de golfa, de su boca de chupa rabos, de sus manos pajilleras, y de su chocho peludo y acuoso.
    
    Comencé, desde luego, morboseándola poco a poco, viéndola pasar con su culo meneado, luego flexionándose al darnos de comer o de cenar en la mesa, aplastando sus pechos entre sí en el movimiento.
    
    Comencé midiendo las aguas ante el tío Chucho con palabritas cortas, a veces “aparentemente” inocentes como “Las ubres de la tía Roxi, ¿los ves, tío Chucho?, son muy grandes, por eso da la sensación de que está muy gorda, pero sólo son las tetas inmensas y su gran cola.” Y conforme me fui dando ...
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