Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... todo el establecimiento era la que provenía de la sala de almacenamiento de datos y el muchacho deseaba con todas sus fuerzas de que la profesora Julia hubiese tenido éxito en la labor que le encomendó. A pesar de solo haberle dado una clase rápida, la pulcra mujer pareció entenderle a la perfección todo lo que le enseñaba. Ingresó con prisa a la sala y se encontró con la sonrisa de JULIA, esa elegante mujer frente a la pantalla de la computadora.

Mateo: ¿P-Pudo?

Julia: Claro que pude... ¿te fue mal?-El muchacho asintió- Era obvio, no somos muy confiados de dejar nuestras cosas en lugares donde alumnos abundan, Mateo.

Mateo: H-Hay que enviar la d-dirección a Alonso.

Julia: ¿Están seguros de que quieren hacerlo así?-El muchacho la miró, sin entender demasiado- Parece peligroso, el lugar es apartado.

Mateo: Es la ú-única bala que nos q-queda.

“We’re in the endgame now... dijo el doctor Strange” pensó Mateo, suspirando.

Julia asintió y tomó su iPhone, donde escribió la dirección que luego envió a su destinatario. Ambos en esa sala se miraron unos segundos, deseando estar haciendo lo correcto y luego Mateo se sentaría en la silla más cercana, con algo aquejándolo en su pecho.

***

Giselle:¿Esa es?

Alonso:Parece-El muchacho revisó la dirección en su teléfono.

La Volkswagen Taos de la profesora Giselle Undurraga se había estacionado bajo la sombra de unos árboles justo al frente de ese portón lúgubre. Por ahí había un sendero que conducía a una casa ...

... bastante impropia para la enorme extensión de tierra que la rodeaba; era una parcela y, viendo en la aplicación de mapas, esta parcela se extendía hasta un río. Pero la casa no era nada del otro mundo, eran dos pisos en donde no se apreciaban demasiadas habitaciones. Quizás era el espacio justo para un hombre solitario.

Giselle: Profesor y con una enorme porción de tierra.

Alonso: No lo consiguió con el sueldo de profesor, ya sabemos los amigos que tiene-El muchacho seguía atento- La casa parece construida hace poco... dos... tres años, no mucho más. Hay que averiguar de quién era la parcela antes, quizás nos llevemos una sorpresa.

Giselle: Puede ser, Sherlock... ok, vamos-La profesora desató el cinturón de seguridad y se disponía a abrir la puerta.

Alonso: Eh... profesora, momento.

Giselle: ¿Qué pasa?

Alonso:¿Subirá el portón o tiene llave?-La mujer miró ese lugar y cayó en cuenta de que no tenía idea de que cómo pasar- Yo iré... me pasaré, abriré el portón y usted ingresa.

Giselle: No vas a ir solo ¡eres mi alumno!

Alonso: Ya no, ya salí de cuarto medio.

Giselle: ¡Todavía no es la ceremonia de graduación! Me harás...-Debió comerse esas palabras cuando sintió el beso de ese muchacho, quien aprovechó de introducir su lengua, recorrer la de ella y luego besarla en los labios varias veces.

Alonso: Nos vemos luego... ¿me echará de menos?

“Mocoso insolente” se dijo Giselle, con sus mejillas encendidas.

Alonso le sonrió mientras se bajaba de la ...