Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... siguió intentando reconocer a la mujer que estaba buscando... cuando pareció haberla encontrado; sí, era ella. La profesora CRISTINA había sido difícil de reconocer porque estaba en cuatro patas sobre un elegante sillón de tres cuerpos, pero sobre ella estaba un hombre grande y blanco de hombros anchos que se la estaba metiendo por el culo; otro estaba recostado bajo ella y taladraba hacia arriba metiéndosela por la vagina y, de pie, otro hombre introducía su pene por esa máscara de perra cuyo hocico estaba abierto. Concentrándose pudo notar esos ojos blancos de placer y el gordo rápidamente se acercó a la curvilínea mujer.

Facundo:Profesora-Tragó saliva, algo asqueado y molesto de ver a su curvilínea profesora de esa manera-¡Profesora!

Hombre:Ponte a la fila, gordito.

Facundo:¡Cristina!-El gordo sacó de encima al hombre que estaba sobre ella y que se la estaba metiendo por el culo. Debió dar un paso atrás, porque ese hombre era alto y pulcro, lo que lo intimidó un poco- ¡Fuego!

Hombre:¿Qué?

Facundo:¡Fuego!-El gordo apuntó hacia el pasillo y el hombre debó a esquivar a algunos que comenzaban a escapar. Enfocó la mirada y al notar el sus ojos se abrieron en par, horrorizado- ¡FUEGO!

Muchos de los cercanos pararon de follar, sacaron sus penes de las bocas y culos y miraron al gordo, quien solo atinó a apuntar hacia el pasillo. Muchos ni siquiera se preocuparon de tomar sus ropas, simplemente huyeron en bolas hacia el pasillo. Los tres idiotas que se ...

... follaron a su curvilínea profesora hicieron lo mismo; la habían dejado agotada, sudada y con sus ojos entrecerrándose de placer. Cristina parecía no tener idea de lo que el gordo había gritado.

Eva:Yo te ayudo con ella-La mujer se acercaba a saltitos, con sus grandes tetas botando y tomó uno de los brazos de su amiga- ¡Rápido!

Facundo asintió y tomó el otro brazo. Con fuerza lograron levantarla...

***

Mientras que en los pasillos ya se comenzaba a correr la voz de que lo mejor era continuar la fiesta en otro lugar o huir lejos antes de que llegaran las cámaras de televisión, en el gran salón la situación era otra. Algunos muchachos se quedaron observando el enorme par de tetas que esa mujer con antifaz de conejita se gastaba, pero no era suficiente como para que la dejaran pasar. Alonso intentó empujar a unos cuantos, pero eran muchachos grandes y quizás hubiese sido más fácil levantar del suelo a su gordo amigo Facundo que mover a algunos de los presentes.

Alonso: Oh...

Giselle: ¿Qué?

¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! ¡CHAP! Lograron encontrar un espacio por donde mirar lo que acontecía en esa plataforma que servía como escenario y por un momento profesora y alumno perdieron las fuerzas de seguir avanzando. La profesora MARÍA ISABEL estaba en cuatro patas, todavía con esa máscara que cubría gran parte de su rostro, mientras por su boca botada hilos de baba que se escapaban por las orillas que dejaban esa gran bola de goma. Atrás de ella estaba la profesora ...