Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: el Bardo, Fuente: TodoRelatos
... pasó desapercibida para el muchachito que estaba detrás de un puesto de flores mientras este atendía a las beatas que se preparaban para ingresar a la iglesia. Tampoco paso desapercibida para algunos hombres, viejos más bien, maridos de las beatas. Tanto los feligreses como el muchachito notaron que algo monumental se escondía debajo de ese abrigo beige, en la retaguardia para ser más precisos, que se iba contoneando de un lado a otro con algo de exageración.
Llegando a la acera la rubia platinada con mechas rosadas escuchó chasquidos sorpresivos, irritados y algunos adoloridos, chasquidos de aquellos que parecían despertar de una hipnosis ante las palmadas que sus esposas le daban en los brazos o espaldas. La mujer avanzó, avanzó y avanzó e incluso notó como a ratos se percataba de que daba unos saltitos, porque quería llegar rápidamente a su Volvo y cambiarse ropa. El vehículo estaba estacionado justo al final de la calle San Francisco.
Al ingresar al Volvo V40 sintió que pudo respirar y soltó un sonoro suspiro que la hizo relajarse, algo, al sentirse segura. No podía creer lo que acaba de hacer en esa iglesia, con ese cura, con los feligreses esperando a la misa a las afueras. Sus mejillas seguían muy coloradas y bajó el vidrio de la puerta del conductor para sentir algo de aire nuevamente. Era diciembre, estaban a un par de semanas de iniciar oficialmente el verano, pero el viento era helado y golpeó su rostro, cosa que agradeció.
Carraspeó volviéndose a ...
... acomodar en el asiento y miro a los alrededores. Pronto cumpliría diez meses viviendo en el sur de Chile y, salvo un par de excepciones, nada había recorrido con detenimiento los alrededores de Valdivia. Ni las ciudades aledañas y menos las regiones. Estuvo en un pueblo del sur de Chile haciendo un reemplazo y una asesoría, pero esa era otra historia y que nada tenía que ver con el turismo.
A esa mujer de culo majestuoso siempre le hablaron bien de Puerto Varas y la verdad es que poca justicia le estaban haciendo todas esas bonitas palabras para con esa lugar. Para la mujer todo era mucho más bonito; los edificios eran bellos, el lugar era limpio, la vista al lago Llanquihue era hermosa y el volcán Osorno lucía majestuoso en el horizonte. A la profesora le hubiese gustado bajar del vehículo junto a su hermana y recorrer el lugar como dos turistas más, comenzando a descansar de ese agotador año escolar. Año escolar donde no solo había sido profesora.
En los asientos traseros de su Volvo la mujer había dejado un pequeño bolso, porque no tenía planeado andar más tiempo del requerido con ese vestido metalizado, cortísimo y de color rosa chillón. Se abrió el abrigo beige para sacárselo y poder cambiarse de ropa. Seguía sin poder creer lo que había hecho en esa iglesia, pero la verdad es que su vida había sufrido un terremoto y, a pesar de eso, su vida tampoco parecía haber cambiado demasiado. Es que seguía siendo lo mismo: una puta. Desde que decidió serlo para poder pagar la ...