Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora - Relatos Eróticos

Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora

... tetonas; lástima que usaran pulsera.

Facundo:También una que relataba deportes olímpicos... Eehh, estoy seguro de haber visto a otra modelo, también tetona, pero no sé cómo se llama... salía en programas de hace veinte años-Alonso alzó la ceja.

Alonso:No te hacía un conocedor del jet set nacional, amigo...-Carraspeó y miró a los alrededores.

Rápidamente volvió a concentrarse y rápidamente volvió a sentirse inseguro. A diferencia de las mujeres que pronto se unirían a ellos, no llevaban antifaces; por un lado era ideal para poder registrarlos en cámara, pero por otro, ellos también quedaban expuestos. Una idea intrusa se metía en su cabeza ¿y si alguien los reconocía? Al echar un vistazo le quedó claro que junto a su amigo eran de los más jóvenes y varios de esos viejos y cuarentones se quedaron viendo extrañados sus pulseras doradas. Pero al pestañear se dijo que quizás eran fantasías suyas; todos conversaban entre ellos, sonreían alrededor de pequeñas mesas instaladas con comida... hasta que una campanilla sonó y, desde los lados laterales de la enorme casona que estaba iluminada de manera preciosa, un grupo basto de mujeres se acercaban a ellos.

Facundo:¡Mi-er-da!-El obeso estaba anonado ante tanta belleza junta.

Las mujeres estaban utilizando ropas interiores bastante elegantes de diferentes tonalidades, pero todas compartían un elemento en común: el antifaz. De todo tipo, de todo los colores y con diferentes funciones. Tetonas, altas, curvilíneas, ...

... deportistas, bajas, jóvenes, mayores, de ojos claros, oscuros, de cabellos claros y oscuros. Había para todos los gustos y varias notaron que tanto Alonso como Facundo llevaban pulseras doradas, por lo que les enseñaron sus mejores sonrisas... hasta que ambos muchachos debieron pestañear varias veces cuando entre esa multitud de mujeres se aparecieron cuatro que ellas estaban esperando hace largos minutos. A Alonso la mandíbula se le desencajó cuando vio a la profesora Giselle Undurraga caminar directo hacia él ahora sin el abrigo. Ni estirar la mano fue necesario, porque ella inmediatamente paso su brazo por su cintura para así aferrarse. Lo mismo hizo Karla con Facundo, pero el gordo solo tenía ojos para la profesora Cristina con esa máscara de perra; ambos se dieron miradas fugaces, pero ella junto a Eva avanzaron para mezclarse con la multitud.

Hombre:Puta madre... pendejos de mierda-La maldición fue audible para Alonso y logró identificar al hombre cincuentón que se había quedado a medio camino. Iba directo a la profesora Giselle, pero con horror notó que ésta ya tenía dueño quizás para buena parte de la noche- Preciosa, si el mocoso te aburre voy a estar en uno de los salones del primer piso... yo trato muy bien a mis amigas.

Giselle:Ok-Apenas miró a ese hombre que se sintió algo ofendido y más todavía cuando Alonso posó su mano en uno de los cachetes del culo de esa mujer de enormes tetas, la misma mano con la que tenía la pulsera dorada.

Alonso:Se demoraron-Besó la ...