Una Nueva Puta en el Catálogo... es Profesora
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: el Bardo, Fuente: TodoRelatos
... mentón y una parte de sus mejillas, al igual que esos preciosos ojos verdes algo oscuros. El antifaz tenía como característica esas largas orejas de coneja.
Giselle:Momento-La mujer se detuvo y apuntó hacia el frente, donde se veía el muro de ladrillos deteriorado, bastante tapado por los árboles- Ahí es... muchachas, máscaras.
EVA NÚÑEZ llevó su bonito antifaz hacia su rostro y se lo puso sin ningún problema; era un clásico antifaz que cubría parte de su rostro y que terminaba con unas elegantes orejas de gata. Sonrió, divertida. CRISTINA SUÁREZ tenía en su mano algo más aparatoso, no era tanto un antifaz, era más bien una máscara que a medida que se le ponía dejaba en claro que cubría toda su cabeza, con solo un espacio para que su cabello saliera en una ajustada coleta. Según explicó antes de que se subieran al furgón, era una máscara de sexo oral... una máscara de perra especializada para dar sexo oral. Tenía unas orejas de perra e incluso un hocico de perra que se podía abrir para que ella se encargara de hacer lo que mejor sabía hacer... y bien lo sabían muchos de los muchachos que ella seleccionó para que trabajaran en esa Hacienda.
Y KARLA LANDI... bueno, Karla había decidido utilizar como arma el hecho de que sus dos enormes tetas sacaran leche, por lo que se había inclinado por una ropa interior con los colores típicos de una vaca lechera. El negro con blanco era la tónica bajo ese abrigo y en su cabeza lucía unas orejas de vaca, pero para su rostro ...
... había optado por un antifaz de genero elegante con detalles de color blanco. Giselle se sorprendió al pensar que sería la más difícil de soltarse, pero esa chiquilla estaba decidida en su misión de sacar de ahí a su amiga Fernanda, su amiga de toda la vida. Incluso notó más duda y temor en las dos experimentadas profesoras que tenía a su lado, preguntándose si no se estaban arrepintiendo.
Giselle:Eh... yo iré primero-Miro a sus compañeras de aventuras, quienes la observaban en silencio.
La profesora de enormes tetas se agachó y avanzó en cuclillas empujando un grueso de ramas que cubrían buena parte de esa muy pequeña porción de pared de ladrillos caída. Al cruzar el límite se encontró con una pequeña posa de agua, la que esquivó y luego se puso de pie, suspirando.
Cristina: ¿Estás bien?
Giselle: S-Sí... pasen.
La profesora Undurraga soltó un pequeño quejido al observar todo lo que tendrían que recorrer para llegar a esa casona, cuyas luces se apreciaban desde ahí, en la oscuridad. Calculó unos veinte o veinticinco minutos de caminata que, con los tacos y el atuendo, tendría que ser más; quizás el frío que estaba haciendo las animara a caminar con mayor velocidad. Al mirar hacia su izquierda vio a la profesora Cristina enderezarse a su lado y notó que estaba haciendo los mismos cálculos que ella... pronto se unió Karla y la profesora Eva.
Eva: ¿Qué estás haciendo?
Karla: No lo voy a necesitar-La muchacha dejó caer su abrigo y lo dejó detrás de un árbol. Sus ...