JUANCITO, MI NIETO – CAPÍTULO 2.
Fecha: 18/07/2024,
Categorías:
Gays
Hetero
Incesto
Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30
Esa noche dormí muy bien y desperté temprano, mugidos, relinchos, cacareos, quiquiriquíes y el piar de distintas aves cantoras implicaba que, seguir durmiendo no fuera muy fácil para un citadino, sin dudas que eran sonidos maravillosos, pero los primeros dos o tres días eran torturantes. Me fui para la cocina y allí me encontré a las dos mujeres y aJuancito que se levantó a saludarme con un beso y un abrazo, mi mujer me tenía el mate preparado y me senté a comer unas tostadas,Cynthia esbozó un hola paupérrimo, pero, si estaba enojada era un problema de ella, yo no tenía nada que perder. En un momento mi mujer fue a buscarme un bronceador y mi hija se acercó…
Pusimos la comida con unas latas de gaseosas en una mochila que llevaría yo a mis espaldas y subí al nene al caballo, muy manso, por cierto, para luego montar y sentarme detrás de él, mi mujer nos deseó que nos divirtiéramos y yo le contesté:“Ustedes también, mandale saludos a la consuegra y pórtense bien, sabés que a ella no le gusta nada que se porten mal en la familia”. Mi hijaCynthia estaba muda y ya no les di más bola, me dediqué a tomar las riendas y partir despacio mientras lo apretaba aJuancito contra mi pecho. Ya me habían dicho que no me hiciera problemas por la gente que trabajaba en la Estancia, todos ellos estaban ocupados en una parcela de cincuenta hectáreas ubicada en el lado contrario al que nosotros íbamos y luego de recorrer unos doscientos metros mi nieto me indicó para dónde teníamos que ir y luego ...
... acomodó su culito tratando de hacer contacto con mi bulto, el caballo iba tranquilo y me acomodé sobre el enorme recado sentándome bien atrás para que tuviera más lugar, pero antes le apreté los pezoncitos y besé su cuello diciendo…
Intentarlo sería una experiencia nueva y, como la senda en que nos movíamos daba una vuelta, ya habíamos perdido de vista la casa y nos rodeaba el campo y algunos árboles de cinacina de baja altura, nos detuvimos al lado de uno de esos árboles de baja altura y me saqué la bermuda, mi nieto se sacó el shorcito y no quise que se sacara la tanga de la madre, la tirita se le perdía entre las nalgas y me pareció más excitante. Lo abracé para comerle la boca y gimió pidiendo que se la metiera,“todavía no mi cielo, dijimos que lo haríamos arriba del caballo”, -le contesté aguantándome porque me moría de ganas de cogerlo en cualquier posición-.
Antes de subir al caballo le embadurné el culito con suficiente crema, guardé la ropa en la mochila y nos subimos al caballo, pero desnudos desde la cintura hacia abajo, él en parte, aunque igual no tapaba nada. No bien emprendimos nuevamente la marcha le corrí la tirita de la tanga que hacía ver sus nalgas más tentadoras y cuando se tiró hacia adelante, apoyé mi glande en su asterisco.¡Agggg, no pensé que fuese tan delicioso! Mi nieto se quejaba, pero a mí no me importaba mucho, era inexplicable el placer cuando vi que el glande entraba despacio y todo el tronco se perdía en su hueco a medida que el caballo ...