1. Las experiencias del deseo


    Fecha: 26/06/2024, Categorías: Confesiones Autor: Deukirne, Fuente: CuentoRelatos

    En la casa habían dicho que iban a verse con sus amigos de la Universidad, pero esa era la excusa para salir a un hotel agradable y pasar tiempo juntos. El marido le pedía que, durante sus encuentros sexuales, le contara de sus experiencias pasadas, mientras más detalles le diera le resultaba mejor: cómo se besaban, cómo se fajaban, qué fue lo que pensó o qué sintió. Ella le contaba partes, algunos detalles, pero contar todo le daba pena, temía que el juego se saliera de control y que las cosas llegaran a donde ya no hubiera un punto de retorno. Ella generalmente accedía cuando lo veía excitado, pero era según sintiera las cosas. “Eres raro” le había dicho ella. Los demás no podrían comprenderlo, pero las cosas eran así.
    
    Algunas situaciones que contaba le eran divertidas, como el novio que no sabía besar y la llenaba de saliva que se escurría de la boca para caer en el piso; el que se súper excitó y ya quería encuerarse; la vez que estuvo con el guapo al que se no le pudo parar por lo borracho que estaba, eso aunque ella le frotó su pito.
    
    Para ella el contar sus experiencias le hacía sentirse libre de secretos y la llevaban a hacer más revelaciones, también porque le gustaba contar cosas sexosas, pero principalmente era para ver cómo se excitaba su marido y sentir cómo el líquido preseminal la mojaba, así como disfrutar el aumento del tamaño y grosor del pene. El marido se convertía en un bestia excitada, con una erección poderosa, lleno de ganas y ella en una mujer ...
    ... que disfrutaba liberarse al confesar, para luego verse sometida y cogida en esas circunstancias.
    
    Había una cuestión particular, en casi todos los fajes le tocaban las chichis, el trasero, pero no la vagina. El hoyito y su pubis se frotaban con el pito de alguien, después al llegar a casa, en la comodidad y seguridad de su cama, ella se tocaba y tenía orgasmos muy intensos y ricos. Fajar era como coger, pero con ropa. Esos encuentros la excitaban, la llenaban de experiencias, pero no eran peligrosas, sino divertidas, emocionantes. Eran un juego con mucha excitación.
    
    En algunas ocasiones le platicó a su marido que se fajó con otros cuando empezaron de novios, pero no hubo reclamos del marido, por el contrario, él le pedía más detalles de esas historias. Ella accedía para verlo excitarse, ver cómo los celos lo convertían en un macho y el sexo se daba con rudeza, insultos y pasión.
    
    En una ocasión ella le relató que al inicio, cuando se hicieron novios, se besó y fajó con otro, con un vecino que le gustaba: “No había nadie en casa de su mamá. Primero nos besamos, luego se sentó en una silla y me coloqué sobre él, me movía y apretaba muy fuerte mi trasero mientras chupaba mis pezones, estaba todo mojado en su pantalón y hasta me hizo un chupetón que escondí con el maquillaje para que no te dieras cuenta; su pene se sentía grande y caliente, cuando lo sentí sobre el pantalón me dieron ganas de que me cogiera, me lo pidió, pero yo sólo quería fajar. En un momento me sujetó los ...
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