Soy todo un caballero. - Relatos Eróticos

Soy todo un caballero.

... el Doctor Aguirre, ellos estaban encantados con nuestra casa y en sus continuas visitas siempre me decían lo afortunado que eramos de vivir en un lugar tan agradable rodeados de naturaleza y de gente como uno, fue entonces cuando les comente de la propiedad en venta y ellos decidieron ese mismo día visitar la propiedad, me entere del chisme a la mañana y a las seis de la tarde ellos estaban comprando la casa, maravilloso, ahora mi amiga y su marido vivirían mas cerca nuestro, por supuesto su casa no era ni tan grande, ni tan linda como la nuestra, pero seguramente a ellos les alcanzaría, en su matrimonio no tenían hijos y ella, mi amiga Ines, se conformaba con poco, la verdad sea dicha, su marido era un buen medico de barrio, ahora que eramos vecinos movería los hilos en la clínica privada donde yo trabajaba para lograr ingresarlo a nuestra plantilla medica, de esa manera ganaría mas del doble de lo que ganaba en la actualidad, de esa manera no tendríamos que arrastrar a unos amigos pobres para que pudieran seguirnos a nuestro ritmo de vida, bueno yo soy así, generosa y desinteresada, es por eso que tenia una amiga, digamos que medio pobre jajajaj.

Nacho y Gustavo (Aguirre) rápidamente se hicieron amigotes, mi Nacho lo inscribió gracias a sus contactos en los torneos de golf que se organizaban el el country, y créanme que le costo mucho esfuerzo hacer que Gustavo entendiese el juego, el muy bruto solo entendía de fútbol y boxeo, eran realmente muy distintos, uno era un ...

... fino corte de seda, el otro era un trozo mal cortado de arpillera, eso si, Gustavo era mas alto que mi marido y tenia una espalda mas ancha, también es justo reconocer que era un hombre apuesto, rubio y de ojos claros, mi marido era morochito de piel y sus ojos cafés nada decían, eso si, mi Nacho ganaba cuatro ceros mas que el medicucho de barrio, acaso a alguna mujer con el cerebro bien colocado puede dudar ante tal elección, sin dudas que no, mi Nacho era la envida de todas las mujeres del barrio, no por su presencia, sino por su abultada billetera, hasta el día de hoy no hay un solo vecino que le llegue a los talones, mi Nacho es un genio de las finanzas, y los diamantes que luzco en mis orejas y en mi cuello lo demuestran, una mujer no puede salir de su casa sin un collar al menos de perlas, y si la ocasión lo merita uno de diamantes es lo mejor, ninguna dama debe conformarse con menos que eso, por supuesto el Mercedes que manejaba mi Nacho era de ultimo modelo, como también lo era mi SUV, amo a mi camioneta, por supuesto, es Mercedes, también.

Un día mientras Ines terminaba de acomodar sus trastos luego de la mudanza y yo tomaba un te de hierbas, le pregunte que le veía a su marido de bueno, no era un gran proveedor, no era demasiado educado, incluso una vez lo escuche eructar al bárbaro, y su billetera era mas flaca que una vaca del desierto, si no fuera por mi inmensa bondad de haberle conseguido trabajo a mi amiga en la química de mi esposo y a su marido en mi ...