La esposa del cornudo (XVII): Shibari y confesión
Fecha: 05/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MaestrodeJazz, Fuente: TodoRelatos
... que tú hayas sentido cuando lo habéis hecho… siendo realmente consciente… y en total libertad.
- No sabía que lo de las esposas en el cabecero de la cama del hotel, eso que descubriste en la foto, iba a gustarme hacerlo… y tampoco que al saber eso te lo tomarías así de bien… por eso te lo oculté por un tiempo.
- No te avergüences por eso, ni sientas que debes justificarte. Lo haces porque el día que lo probaste te gustó… y supongo que porque os sigo gustando a los dos. Pues lo mismo es la excitación que yo siento cuando soy consentidor y cornudo. No lo puedo evitar.
- Entonces… ¿todo está bien solo porque sea algo que te gusta y te hace disfrutar? No lo veo suficiente…
- Claro que no, Sole. Hay cosas obvias que debemos respetar: los menores son sagrados… los acuerdos dentro de una pareja se deben respetar… las personas que no quieren hacer algo no pueden ser forzadas salvo que eso esté expresamente, muy expresamente acordado… Pero casi todo lo demás es negociable y no tiene que asustar.
Sole me escuchaba con atención y ahora su cara parecía algo más relajada. Pero claramente, ella estaba alargando nuestra conversación. Y eso solo podía ser porque realmente le hubieran asaltado nuevas dudas, o porque no quisiera contarme los detalles del viaje a pesar de su compromiso.
- Claro que hay que estar razonablemente seguros de lo que queremos, Sole. No hacer cosas así solo por un impulso, o porque fantaseamos con ello... sino porque lo sentimos como una necesidad ...
... de verdad… Pero en tu caso con Luís, ya son casi tres años… Y yo sé como empezaste… En tu caso no es ningún impulso, ni es nada malo que debas evitar…
- Vas a pensar que no quiero contarte… es que no es fácil para mí… Pero me comprometí contigo… y aunque me cueste, quiero hacerlo.
- Veo que tienes nuevas dudas; eso te pasaba mucho al principio… No le des tanta importancia, Sole, y cuéntame lo que tengas que contarme… con toda naturalidad.
- ¿Me dirás si algo de lo que te cuento no te gusta o no es lo que esperabas de mí?
- Por supuesto, Sole, por supuesto. Yo también seré sincero con todo lo que sienta.
- Ufff, pues que he pasado dos noches fuera de casa con Luís, y no se bien por dónde empezar a contarte… Supongo que por el principio, jajaja.
La sonrisa de Sole siempre tiene efectos terapéuticos sobre mí, pero también sobre ella. Se estaba descargando de sus nervios y empezaba a vencer todas sus dudas, pero yo tenía que entender que hace apenas unas horas aún estaba por primera vez con nuestro jefe común en un viaje de tres días absolutamente programado solo para tener sexo. Estos minutos de charla sincera habían aumentado nuestra mutua confianza y seguramente eran necesarios para que ella se relajara, y que al fín pudiera empazar.
- A la media hora de salir para Torremolinos, paramos en una gasolinera. Nunca me lo había pedido antes... pero Luís me dijo que entrara al baño para quitarme las bragas... y que se las diera… Todo el resto del viaje… he tenido ...