1. A por ella (III)


    Fecha: 19/09/2017, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Vero después de que le desatase del todo. Comenzó a quitarle la cera con cuidado, intentando no dejarse ninguna gota seca de cera. Una vez libre de residuos comenzó a lamerle un pezón con suavidad y soltando bastante saliva. Prosiguió con el otro pezón de la misma forma. Con los dos pezones brillantes por la saliva, bajó poco a poco arrastrando la lengua por su tripa, sin dejarse el ombligo en dirección a esa entrepierna que ya depilada me excitaba brutalmente. Acumuló bastante saliva en su boca y apuntando la dejo caer sobre el apurado pubis, resbalando por las comisuras en dirección a su clítoris. Sacó la lengua y se lanzó para que no se derramara ni una sola gota, extendiéndoselo por toda la raja. Vero sin aguantar más comenzó a jadear suavemente, atrayendo la mirada de Cris. Ésta se colocó perpendicularmente a Vero, de cara a mí, para poder meterle los deditos por su coño mientras lamía y chupaba sin parar sus pezones, buscando el placer de su compañera. Ya caliente me agarré la polla excitado por el numerito y comencé a meneármela suavemente, mientras una mano de Vero encontraba la raja de Cris. Sin parar de lamerle los pezones me miró como si pidiera permiso para que las dos se dieran amor mutuamente. Entendiendo a la primera, le hice un gesto con la cabeza afirmando la petición. Cris se fue colocando lentamente encima de Vero y comenzó a besarla apasionadamente, mientras las manos de ...
    ... las dos jugaban y buscaban el placer en la rajita de la otra. Parecía que Cris había aprendido bien cómo ganar puntos ante su amo, puesto que estaba a cien ante aquel numero lésbico. Seguí masturbándome tendido en la cama, mientras las dos sin descanso se besaban y se metían la lengua hasta la garganta mientras soltaban gemidos de placer. Estuvieron un buen rato, mientras los besos se convertían en fugaces entre la cantidad de gemidos. Acariciándole los pechos, sus manos recorrían el cuerpo desnudo de su compañera que no tardo en correrse, acompañándolo de un terrible grito de placer. Cris cambiando de mano, dio a probar a Vero sus propios jugos que mojaban su mano, mientras Cris no dejaba de jadear cerca del orgasmo. Aún tardó un poco más, y Vero le acompañó con los gemidos mientras notaba cómo su mano recibía todos los jugos, que le llevó a los labios. Chupó primero un dedo metiéndoselo poco a poco hasta dentro y luego dejó que Cristina acabara de limpiar sus líquidos de su mano. Sin poder aguantar por la excitación y sin haberla dejado de menear me coloqué entre los dos y gritando de placer me corrí. Las dos juntaron las bocas intentando recoger mi semen que salía con fuerza hacia sus caras. Con un poco de cuidado tragaron lo que pudieron y me limpiaron entre las dos. Ya tarde y como recompensa, dejé que durmieran conmigo en mi cama hasta el día siguiente que seguiría la cosa un poco más... 
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