1. Un adiós y una bienvenida


    Fecha: 13/10/2022, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: zalditxo10, Fuente: computo.ru

    Vivo en un pueblo donde todos nos conocemos y ayudamos a nuestros vecinos..... siempre que podemos. Así conocí a Pedro, un hombre mayor que tenía un cobertizo con un terreno donde pastaban dos burros, uno joven y el otro más entrado en años. Todos los días acudía a darles pan seco y limpiar el cobertizo donde dormían los animales.
    Un día que pasaba junto al terreno donde comían los animales me encontré con el dueño y me dijo si podía ayudarlo para limpiar la cuadra, pues no se encontraba bien de salud, no tuve ningún reparo y fui a acompañarlo.
    Tras sacar las basuras y poner las camas de los burros, me contó que estaba buscando comprador para su terreno y los burros, pues tenía que ir al hospital y luego iría a vivir con su hija, fuera de la provincia. Estuvimos ordenando el establo y sacando diferentes cosas que no servían, para deshacerse de lo superfluo, y me llamó la atención un gran tarro que contenía una pasta que no supe que era.
    Pedro me comento que era una pasta que utilizaba con las yeguas que no salían al macho, pero que seguramente estaría caducada....
    dejamos para echarla pero hablando de sus cosas quedó allí.
    Le dije que tenía que pensar lo del terreno, porque tenía interés, no sólo en el terreno sino en aquellos burros que alguna vez había visto al mas viejo con esa pedazo de tranca al aire y mi cuerpo no pudo reprimir un espasmo de lujuria que tuve que reprimir tras varias pajas en mi casa.
    Al cabo de unos días le volví a ver a Pedro y tras un breve ...
     regateo en el precio llegamos aun acuerdo, hicimos los papeles y tras unos días se fue del pueblo. Yo cuidaba de los animales como lo hacía él. Pero un día fui al atardecer al establo y encontré el bote que tuvimos en nuestras manos para tirar, pero se quedo allí. Tenia curiosidad por saber como era la pasta aquella y abrí el bote, tenia un olor acre, no tenía nada especial.....o eso pensé yo, pero para los burros era una llamada a la "guerra". Empezaron a inquietarse, a moverse junto a mí como poseídos, pronto sacaron sus herramientas, no podía dejar de admirar aquellos trozos de carne que se extendían hasta los 60 cm y pegaban en su vientre. No me lo podía creer, me había tocado el gordo. Yo pensando como podría sacar partido a los burros y tenía la llave maestra en mis manos. Volví a casa para poner el plan en marcha sin demora, me excite solo de pensarlo mi polla estaba a punto de romperme los pantalones, nada mas llegar a casa me desnude y me masturbe varias veces solo de pensar como sería sentir aquellas pollas en mi interior, solo de pensar me calentaba.
    Estuve disponiendo de todo en aquel establo que estaba apartado del pueblo, pero sin llegar a ser un sitio solitario.
    Una tarde estuve preparándome para la noche que me esperaba, me limpie mi interior con mis ungüentos para estos menesteres y me di un poco de vaselina en mi ano. Estaba excitadísimo, esperé a que fuese noche para salir de casa e ir al establo, solo llevaba puesto una camiseta y unos pantalones cortos, ...
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