1. Encuentro clandestino


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... todo esto. Me pegó en la mano a modo de juego cuando le toqué las tetas, pero luego la ubicó por encima del corpiño y debajo de su remerita. Gimió, y yo me volví loco. Le pedí que gima en mi oído, y ella entonces cumplía acariciando mi pene que se endurecía pidiendo emerger y acunarse en su fuente prohibida. Cuando logré liberar una de sus tetas del corpiño y le di un chuponcito, dijo que nos estábamos yendo a la mierda, y que si alguien nos veía tendríamos problemas serios. Pero eso no impidió que nos comamos la boca como dos criaturitas en celo, enamorados y calientes. Ella me decía: ¡Me estoy mojando toda nene, no puedo más, quiero cogerte acá mismo, y a vos se te pone cada vez más dura cochino! Y sus palabras se hamacaban en sus jadeos, suspiros y chupones. Pronto ella volvió con Exequiel, y en menos de lo que creí estábamos en la terminal de Mendoza. No hubo mucho sigilo que digamos. Por más que mi novia me abrazaba contenta por mi vuelta, Leticia me dio un papel con su celu y su dirección en braille. ¡Cuando puedas llamame y te venís a mi casa a tomar unos mates!, dijo mientras se alejaba. Claro que eso me valió una pelea fuerte con mi novia, a quien tuve que mentirle. Le expliqué que esa tilinga como ella la denominó, necesita clases de lectoescritura braille porque tiene un hermanito ciego, y que me ofrecí para ayudarle. No me creyó, y estuvimos diez días sin hablarnos. Como era de suponer, no iba a soportar mucho tiempo sin llamar a esa inescrupulosa mujer que me ...
    ... rondaba como una brisa fragante. La llamé, y ese mismo día fui a su casa. Tomamos unos mates con galletitas, me pidió que me quede a comer y, de repente se me acercó para abrazarme. No tenía remera puesta ni corpiño. Me comió la boca buscando palpar mi pito encendido hacía rato, y yo la tiré sobre la mesa con la determinación de chuparle las tetas. Lo hice, mientras humedecía mis dedos en su boca, le besaba la pancita, le frotaba la concha sobre el pantalón y, cuando se lo quise bajar decidido a penetrarla sin prejuicios, me detuvo diciéndome que estaba indispuesta. ¡eeee, qué pasó con esa carita?, igual te puedo sacar toda esa lechita con la boca bebé!, me dijo cuando evidentemente no pude ocultar mi desilusión. Ahí nomás me sentó en la silla, me bajó el pantalón y el calzoncillo, me olió y lamió la pija, se la metió en la boca y comenzó a mamarla con un desenfreno que desconocía. No fui capaz siquiera de avisarle que me faltaba poco, y en breve su boca era un pozo seminal que emanaba saliva y jadeos insolentes. Se la tragó toda la chanchona! Luego de eso comimos hablando de todo un poco. Ella parecía llena de regocijo. En medio de la comida se me sentó encima para frotar su conchita en mis piernas, con su lengua desparramando sensaciones en mi cuello, y sus tetas siempre desnudas. Esta vez ni me importó su periodo menstrual. Le arranqué pantalón y bombacha, froté mi pija erecta nuevamente en su pubis, y ella solita se la metió en la concha para así triturarme los huesos por ...