Visitantes del Verano (2)
Fecha: 17/09/2017,
Categorías:
Sexo Duro
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: deniadaniya10, Fuente: xHamster
... señoras de la familia eran pequeñas. Que podía manejar con facilidad. La llevé a mi habitación. Por ahora mamá debe estar profundamente dormida, con dos bebidas y un Ambien en ella. Coloqué suavemente a Evita en mi cama. Yo quería que ella me mirara tirar y admirar mi cuerpo. Lo hice despacio como un striptisero. Ella se rió y comenzó a quitarse la blusa y la falda y el sujetador que llevaba. Sin bragas, por supuesto. Poco puta! Cuando salí de mis jeans vio que no llevaba ropa interior, tampoco. Ella se rió. Me reí en voz alta, porque los dos estábamos tan traviesos. "Evita, necesitas alguna polla chocando contra ese coño. No me des un mal rato, tía. Quiero follarte tanto que estoy dolorido. Mira esta polla. Nunca ha sido tan dura. Es dura para ti Evita. Vamos a follar! " "¿Por qué crees que estoy aquí chico? Necesito coger más que tú. Vamos a joder ahora, Lalo!" Y lo hicimos. Me puse un condón y luego salté encima de ella y ella envolvió sus piernas alrededor de mi cintura y sus brazos alrededor de mi espalda. Guié mi polla en su coño mojado. Yo montaba y me deslicé. Entonces me cogí dentro y fuera, y comencé la pauta. Más áspero y más profundo. Y ella estaba mordiendo mi cuello y rascaba mi espalda. Me importa poco, quería ...
... follarla el coño. Mi tía Evita era una puta salvaje cuando se trataba de puta. Ella claramente encantada. No podía conseguir suficiente. Yo estaba empujando tan fuerte que sus gemidos eran un ruido de ondulación en la habitación y yo estaba gimiendo cuando metí toda la polla que pude en ese coño. Era tal, coño húmedo y caliente. "¿Me estás jodiendo, Lalo, me coges me follas, aaaaaaaiiiiiiiiiiiii, me estoy corriendo!" Gruñendo como un cerdo le embistí y empecé a correrme también. Cuerdas de esperma estaban llenando mi condón y ella podía sentirlo lleno y me mantuve follándola para que no deje de correrse y correrse, y me estaba frotando esos hermosos muslos y agarrando sus nalgas deliciosas, embestí con más fuerza, y yo seguía corriéndome y ella se estaba corriendo hasta que se derrumbó encima y se acabó gimiendo con la lujuria pasada, mi polla se deslizó fuera de su coño y ella se acercó, se puso el condón en los labios y apretó el semen en su boca. Mi tía Evita! ¡Qué puta! Yo la quise. Al día siguiente se despidió. Tenía que volver a su propia casa. Su hija, Sara, estaría de regreso de su viaje al extranjero. Pero ella me sonrió en secreto mientras abrazaba a mamá. Me di cuenta de que mi tía Evita necesitaría una nueva visita.