1. Con el amigo de mi novio en la sala de cine


    Fecha: 17/02/2018, Categorías: Infidelidad Anal Autor: Hermvinto, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos, me llamo Aylin y tengo 21 años. Soy mexicana, piel morena, cabello negro largo lacio hasta media espalda, 98 de caderas, 66 de cintura, bra 36e. Trabajo en una cadena de cines, fue en mi trabajo que conocí a José Manuel, mi actual novio. Él es alto, blanco y delgado, es una gran persona y fue el segundo hombre con el que tuve sexo en mi vida. Nuestra relación va muy bien, nos queremos lo suficiente mutuamente, pero la verdad es que en el sexo no es la gran cosa. Su pene no llega a los 14 centímetros y, aunque me guste su cuerpo, no me llega a satisfacer. Desde la secundaria que comencé a tener fantasías un poco subidas de tono, pero ninguna como masturbarme en una sala de cine. Y entonces pasó, José Manuel y yo descansamos siempre el mismo día, su madre, su hermana, él y yo decidimos ir al cine a ver Pantera Negra. A media película las ganas me mataban, pero me contuve. Al final de la peli decidí que volvería en la noche sola. Trabajo ahí, nadie se extrañaría de verme, y como la última sala no se limpia decidí meterme a la función. 1 de la mañana. Todos ya estaban fuera de la sala, fue martes así que apenas había gente en esa función. Salí al pasillo que está al salir de la sala, al pasillo de abajo y después bloqueé la puerta superior. Me desnudé, el guardia de seguridad nunca se quedaba la noche entera, esa vez no fue la excepción. Puse mi ropa en el barandal en caso de tener que huir rápidamente. Y comencé a hacerlo. Primero recorrí mis tetas, las acaricié ...
    ... con suavidad hasta que terminé pellizcando mis pezones, al principio me sentía insegura. Esperaba que alguien entrase y me sorprendiera, pasaron los minutos, no fue así. Bajé con mi mano derecha hasta mis labios vaginales, comencé a sentir la butaca húmeda, eran mis propios fluidos vaginales escurriendo desde mi interior, recorriendo mi culo que atrae tantas miradas lujuriosas de muchos hombres distintos. Me encanta mi físico, me encanta ser caderona y tetona, me encanta que mi trasero sea lo que todo hombre desearía que su mujer tuviera. Estuve cerca del orgasmo en varias ocasiones, juguetear con mis pechos y mi clítoris me llevó a punto, pero me detuve en cada ocasión. Ya había pasado una hora, dos de la mañana, era momento de detenerme, pero no sin antes bañar la sala con mi corrida. Cerré los ojos, dejé volar mi imaginación. Pensaba en José Manuel con un pene enorme en lugar de esa cosita que cuelga entre sus piernas. Esta última fue la mejor, la fuerza de mis dedos penetrando mi vagina, mis pechos rebotando con mis pezones tan duros como piedras, la piel china por los escalofríos que preceden al orgasmo. Y entonces, escuché. Alguien tocó la puerta más cercana a mi butaca. Caleb, uno de los mejores amigos de José Manuel, estaba parado ahí, observándome, desnudo y exponiendo con orgullo el enorme pedazo de carne que le colgaba entre las piernas con pelotas tan grandes como putas naranjas. Era un poco gordo, los cuadros se le marcaban un poco en el abdomen y sus piernas ...
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