AMELIA II
Fecha: 02/08/2022,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Tus Relatos
Autor: UNOMAS, Fuente: computo.ru
entrando y saliendo de mí concha.Carmelo empujaba su arma dentro de Karina sin dejar de mirar mí rostro desdibujado por el placer que el órgano me producía con su mágica movilidad dentro mío.En una demostración de habilidad increíble,
Karina,se zafó de la verga de mí marido y giró dejando el rostro de mí marido frente a mis caderas que se hamacaban pidiendo la continuidad del goce, momentáneamente,interrumpido.Ella se ubicó a sus espaldas y,recién en ese momento,se deshizo de su última prenda que solo había corrido para permitir la penetración de Carmelo,y que había ocultado su,enorme y dura sorpresa.A una seña de ella tomé la cabeza de mí marido y lo empuje hacia mí encharcada,concha mientras le exigía
:"iiiChupame Carmelo,chúpame la concha!!!".Ante la urgencia de semejante, necesidad,mí marido enterró su rostro en mís labios hambrientos,mientras,Karina pegaba su cuerpo al de él,obligandolo a abrir sus piernas.Carmelo solo,se percató del peligro cuando el tren,ya lo había arrollado.Despegó su cara de entre mis piernas buscando el aire que,de pronto,le había sido robado.Eso,el aullido
y sus ojos estrabicos girando sin control en sus órbitas denunciaban el hecho.
Al menos la gorda cabeza de la pija de Karina,ya estaba dentro del culo de mí marido.Obviamente,intento escapar,pero,
una nueva señal me hizo rogarle:"iiiNoo,
Carmelo!!!por favor no te detengas,me estoy corriendo:"La aparente mentira, surtió efecto y se quedó en la posición necesaria para que la penetración ...
continuara su curso.Yo no había mentido.Imaginar la verga entrando,por primera vez en su vida,en el culo de marido me proporcionaba uno de los espasmos más explosivos de los últimos días.Karina se balanceaba mientras,los gritos de mí marido se ahogaban contra mí concha que le inundaba la boca con mis jugos que no se detenian.Yo entendía sus,fuertes, lamentos.Lo que le estaban metiendo en el culo,no era una pija,era un torpedo. Pero,las sorpresas no habían terminado,
los gritos de dolor empezaron a transformarse en gemidos suaves y largos.Carmelo,había empezado a gozar del,tremendo, garrote que,de manera rítmica entraba y salía de su orto.Llevada por la curiosidad, abandoné mí lugar de privilegio y me ubique al lado de Karina.
El espectáculo visual era, simplemente, increíble.El, magnífico,trozo entraba y salía de un agujero que, obligadamente,
había tenido que adaptar su circunferencia al,nuevo grosor que el visitante le imponía.Yo podia ver como su agujero se abrazaba, desesperado al grueso tronco que se hundía hasta su misma raíz dentro suyo.Me resultaba difícil de creer que,en un momento,fuera
el,propio, orto el que impulsado hacia atrás proponía la totalidad de la penetración.De haberlo escuchado tantas veces en los últimos días,cuando la voz de Karina se tornó ronca,pude prever que se avecinaba el final.Los chasquidos producidos por el choque de ambas pieles me confirmaron mí presunción.Los grumos blancuzcos empezaron a escapar del culo de mí marido y a correr,pegajosos ...