AMELIA II - Relatos Eróticos

AMELIA II

En los 20 días siguientes,Karina me convenció de cosas en el plano sexual,que anteriormente,no me hubiera atrevido, siquiera,a pensar.Por mencionar, solamente,algunas de ella.
Sus dedos y su lengua me masturbaron de forma que se detenian en el,exacto,
instante en que iba a estallar,para volver a empezar, momentos después.Esto,lo repetía 2 o 3 veces hasta que, yo, a los gritos y de manera obscena le pedía,le rogaba,que me la metiera por dónde quisiera,pero,que me penetrara.Era en ese instante en el que su enorme y grueso miembro ingresaba en mí,no importaba por dónde,en el que me sobrevenía un orgasmo tan explosivo que no podía separar su inicio de su final
También me convenció de que su pija en mí orto,en algún momento,me produciría
placeres impensados,y debo reconocer que luego de varias sesiones de sexo anal en el que pensé que me volaría la tapa de los sesos,múltiples orgasmos
iincreibles le dieron la razón.
Pero,es justo reconocer que lo de ayer fue, totalmente, imprevisto.Yo me encontraba de cara contra la pared, mientras,su verga me azotaba una y otra vez,cuando en medio de una de mis, tantas corridas me dijo con su tono ronco y entrecortado que me anticipa que va a llenarme de esa leche caliente y abundante que mana de su verga como si se tratara de un manantial:"Quiero culiarme a Carmelo".Pensé que había oído mal y luego que ambas estábamos más tranquilas se lo pregunté,y,sin dudarlo me confirmó su petición.Sin saber de qué forma lo haría,quise saber que tenía ...

 en mente.Me respondió que yo le recordara a lo que yo había accedido con aquel empresario por pedido suyo,y,
que le propusiera un trio con ella.Por supuesto,debía mantener en secreto sus atributos singulares.De lo demás,me 
daría instrucciones luego.
Carmelo no opuso gran oposición,y convinimos que está noche sería la ocacion buscada.
Siguiendo indicaciones,con la luz de mí 
dormitorio,transformada en una leve,
penumbra,me dediqué,ya en la cama los 2,a empezar con caricias, directamente eróticas y de allí,me deslicé entre sus piernas adueñandome de su pene  que,
ya,había empezado a reaccionar a los estímulos manuales.Sus jadeos,eran inocultables cuando Karina,que escuchaba desde la puerta,hizo su aparición.Vestia solamente una bombacha que en complicidad con la poca luz permitía disimular su mejor atributo.Mientras yo le chupaba la pija a mí marido,ella se arrodilló a sus espaldas y hundió su lengua en el culo de Carmelo que empezó a intercalar jadeos con gemidos de gran placer.Asi estuvimos los tres un rato,en el que mí marido fue el foco de atención de Karina y mío.Ella se incorporó y apoyando sus manos sobre la orilla de la cama le dijo:"
Carmelo metemela en el culo".No hizo falta que repitiera el pedido,mí marido se deshizo de mí boca y,rápidamente,
envaino el culo de Karina, que para sorpresa mía empezó a emitir gemidos de auténtico gozo.A pedido de ella, coloqué mis piernas abiertas ante su rostro y,pronto,su lengua me otorgaba la exquisitez de sus latigazos ...