EL SEXO VIAJA EN SILLA DE RUEDAS PARTE 2
Fecha: 26/07/2022,
Categorías:
Tabú
Tus Relatos
Autor: NADIA45, Fuente: computo.ru
Mi vida de casada con Alejandro se desarrollaba dentro de un contexto aceptable considerando las limitaciones que mi esposo ofrecía para darme y generar placer sexual. Tuve que postergar mis deseos de ser penetrada por una buena verga y buscar el placer a través de la lengua y los dedos de mi marido, a veces con la ayuda de juguetes sexuales que me estimulaban aún más. Unos meses después y estando los dos desnudos en la cama:
Alejandro: Amor, si tu alguna vez te cansas de lidiar conmigo, yo lo entenderé, te dejare ir. A veces te veo tan hermosa, sexy y me pongo a pensar que no es justo que una mujer de tu talla este al lado de un hombre en mis condiciones, pienso que te estoy haciendo perder los mejores años de tu vida y…….
Lo beso dulcemente en la boca mientras acaricio su pecho con mis manos
Yo: sssshhhhhhh, no digas eso, estoy aquí junto a ti porque yo elegí estar, y porque me siento bien a tu lado, ayudaste a borrar mi pasado, cuando estaba a punto de quedar en la calle me diste techo, me tienes como una reina ,no me haces faltar nada, me pagaste unas cirugías estéticas para que mi cuerpo luzca como una de 30, me regalaste dos hermosos implantes de senos que me quedaron espectaculares, soy tuya Alejandro desde la cabeza a los pies.
Alejandro: lo único que te pido amor que si alguna vez tienes la tentación de acostarte con alguien mas dímelo antes, lo voy a aceptar, pero no lo hagas a mis espaldas
Yo: tranquilo amor, no tengo deseos de acostarme con nadie excepto ...
contigo. Prepárate porque ahora voy a chupar tu verga, y me masturbare refregándola por mi raja.
Su verga estaba fláccida, no había posibilidad de que tenga erección debido a su discapacidad, pero era tan grande y gruesa que la utilizaba para masturbarme. Chuparla era algo que a el le gustaba porque si bien no podía sentir nada su goce era mental. Era una lastima no haberlo conocido antes del accidente, su verga es el sueño de muchas mujeres, hubiese pagado por ser empalada por semejante falo. Me subí sobre el y con mi mano manipulaba esa verga fláccida, imprimiendo leves movimientos de cadera y pelvis, refregándola por la raja que se iba mojando cada vez más. Mientras me masturbaba Alejandro colaboraba metiendo sus dedos en mi culo. A mí me gustaba eso, gozaba de verdad buscando el momento justo para correrme rico.
Yo jamás salía si no lo hacía con él, íbamos a todos lados juntos, y el, si bien era feliz que yo lo lleve a todas partes, a veces se deprimía mucho de ver como los hombres me miraban o me decían groserías mientras empujaba su silla. Nadie podía imaginar que yo era su esposa. Un día en un centro comercial yo estaba tomando un café junto a él en un local de Starbucks
Alejandro: Nadia, amor, ¿escuchaste a esos tipos de la mesa de al lado? Estaban murmurando acerca de ti y logre escuchar decir entre ellos ¡que desperdicio semejante mujer con ese tipo lisiado!
Yo: Amor, la gente critica todo el tiempo a los demás, no solo lo hacen porque eres discapacitado, sabemos ...