(12) Reflexiones sin bragas
Fecha: 04/02/2018,
Categorías:
Lesbianas
Sexualidad,
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
4 Fue un despertar dulce y suave. Normalmente el despertador la sacaba de sus sueños de forma abrupta, pero esta mañana no llegó a sonar. Por eso Ingrid Jiménez se extrañó al tomar conciencia de los sentidos. Enseguida se percató que tenía compañía en su cama. Se giró hacia atrás y vio a Ana desnudita y mirándola con una sonrisita de pillina. -Ana, ¿qué coño haces en mi cama? -Esperando a que te despiertes. -¿Para qué? -Para follarte. -Tú alucinas. Creí que te lo dejé todo muy clarito. -Pienso pagarte. -¿Ah, sí? ¿Me consideras una ramera? -Todas somos rameras en potencia. Nos ponen por delante unos billetes y hacemos lo que haga falta. El dinero manda. -Vale. ¿Y cuánto dinero estás dispuesta a pagarme? -Lo tienes en tu mesita. Ingrid, intrigada, lo comprobó. -Joder… -Exacto –rió Ana. -¿Cuánto hay aquí? Es una pasada. -Mil quinientos euros. Ya puedes matricularte. -Me tomas el pelo. ¿En serio? -Cuéntalo si quieres. -Pero, ¿cómo lo has hecho? ¿De dónde has sacado tanta pasta? -Lo he conseguido con el sudor de mi frente, bueno, mejor dicho, con el sudor de mi coño. -No me lo creo. ¿Este dinero es para mí? -Solo para ti. -¡Wow! No sé qué decir. -No quiero que digas nada. Solo abrirte de piernas y follar. Me lo he ganado, ¿no? -Joder, ¿qué hora es? -Olvídate del tiempo. Ya son las once de la mañana. -¿Qué? ¡Serás zorra! Me has apagado el despertador. -Así es. Deseo que te tomes esta mañana libre. -Y una mierda. Tengo clases hasta las dos. -Ingrid, tu vida es demasiado ...
... estresante. Disfruta solo por un día y envía a la mierda todo lo demás. -No puedo. Si falto me juego un negativo en la nota final. -Tú tranquila y a follar –la besó Ana con pasión. -Estás como un cencerro. -Lo sé. -¡Hija de puta! ¿Me has quitado las bragas y el top? -Claro que sí. Follar desnuda es lo mejor. -Joder, Ana, no puedes hacer lo que te plazca siempre. -¿Por qué no? Claro que puedo –empezó Ana con sus besos por el cuello y los hombros. -Vale, un polvo y te vas. -Por mil quinientos euros me merezco cinco o seis polvos. -Uno y te largas. -¿No se puede negociar? -No, aquí manda mi coño. -Ya veremos. -Ya veremos no. Te agradezco el dinero para la matrícula, pero… -Ssssssh, hablas demasiado. Bésame y calla de una puta vez. Ambas se enzarzaron en un beso largo y apasionado. La mano derecha de Ana fue bajando hasta alcanzar la entrepierna de Ingrid. -Mmmmmm… -gimió ella al sentir los dedos en su clítoris. De forma espontánea, abrió los muslos como los pétalos de una flor mientras los besos continuaban. Ana procedió a la masturbación girando los dedos en círculo. -Ahhhh, coño… -¿Lo ves? Eres una ramera –sonreía Ana victoriosamente. -Otra vez logras lo que quieres, ¿no? -Como siempre. Ana le pegó una palmadita clitoridiana y Ingrid estiró su hermoso cuerpo como una goma elástica y con grito incluido. Luego vino un golpeteo que electrizó a Ingrid hasta límites insondables. Ana disfrutaba mirando su cara gozosa. Un tercer golpe encorvó la espalda de Ingrid y su cabeza se hundió en la ...