1. Mi única vez en un sitio swinger


    Fecha: 15/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: TitaLaPutita, Fuente: SexoSinTabues

    ... listos”, dijo José, “Se trata solamente de heterosexuales, ¿por qué tardaron?”, completó Eduardo. Elvira rio y precisó “No, yo no soy tortillera”, yo únicamente sonreí. Empezamos a desvestirnos y nuestras respectivas parejas nos ayudaron a colgar la ropa. José no me quitaba la vista de encima y de inmediato se le irguió el pene cuando me quité el sostén, cosa que me incomodó. —¡Ay, Pepe, si así lo trajeras siempre me harías feliz! —dijo Elvira dándole unos jalones en la verga. Eduardo vio cómo, Elvira quien ya se había hincado, distribuía con el pulgar al líquido preseminal sobre el glande de su marido y, yo creo que se le antojó, el suyo también comenzó a crecer, lo cual me hizo sentir celos. Como medida de venganza, me puse de frente a José para quitarme las pantaletas de encaje que traía para la ocasión y, primero, las bajé lentamente mostrándole poco a poco los vellos tupidos, pero cortados con cuidado, de mi pubis; después me agaché para que colgaran en vilo las tetas, dándole movimiento pendular al levantar los pies en su turno al quitarme la última prenda. —¡Sigue, mami, sigue…! —le gritaba José a su esposa sin dejar de mirar el espectáculo que yo le daba. —¡Vente, mi amor, mírala bien para que me des mucha leche! —dijo Elvira incitando a su marido, antes de meterse un gran pedazo de carne y darle más viajes al tronco con la mano. La verdad, me calentó mucho la escena que en gran parte yo había propiciado. Eduardo no dejaba de ver cómo mamaba Elvira y empezó a ...
    ... acariciarse la verga, ¡que ya estaba enorme! —¡He…! —le grité a Eduardo dándole mis pantaletas para que las guardara, lo cual hizo de inmediato, pero sin dejar de ver la cara de puta que ponía Elvira. La calentura también me desbordó y me colgué del cuello de Eduardo quien me tomó de las nalgas y me penetró de un solo golpe. Nos mecimos y sentí de inmediato lo caliente del chorro de semen que él soltó sin apartar la vista de la mamada que hacía Elvira. “Ahhh” gritó José: a Elvira se le escurría el semen por las comisuras de los labios. —¡Qué rica ordeña me hiciste, mami! —exclamó José con el último aire que le quedaban en los pulmones. Y ambos voltearon a ver cómo cogíamos. Eduardo estaba de pie, con los ojos cerrados, bajándome lentamente. Su miembro semiflácido no me serviría en ese momento para calmar mi calentura, sentí un poco de frustración aunque empezaba a resbalarse un poco de mis jugos y su venida por mis piernas. Me hinqué y le limpié el pene con mi lengua. Me metí los dedos en la vagina y los lamí viendo a Elvira, quien dijo “No soy tortillera, pero si quieres te limpio eso…” Así que volví a meter los dedos en mi raja y los saqué con nuestra mezcla ofreciéndoselos a ella quien se apuró a chuparlos mientras se dedeaba el clítoris. Eduardo y José miraban cómo jadeaba entre chupada y chupada. “Y yo le ayudaría a limpiarla…”, balbuceó José dándose unos jalones con una mano en el tronco y con la otra en el escroto. No lo pensé más y tomé con mis dedos lo que había escurrido en ...
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