1. Mi padre... el militar.


    Fecha: 20/01/2018, Categorías: Gays Masturbación Sexo con Maduras Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... en mis fantasías.-Y ahora ayúdame –me ordenó él ajeno a mi calentura.Entonces se sacó la camiseta, mostrándome el espectáculo de torso peludo, mientras bostezaba un poco, agarrándose el vientre hinchadito de cerveza con ambas manos. En medio de otro bostezo dejó caer su sudada camiseta al suelo y se dirigió con paso inseguro al cuarto de baño. Fue ahí cuando me di cuenta de que mi papá estaba un poco ebrio. Y no se cómo fue, pero le seguí sin esperar nada más. El me hablaba del tiempo, de lo caluroso que había sido el día, de la base militar, de su trabajo… En fin, poco a ningún interés tenía aquella conversación… Pero yo me aseguré de que siguiera con la plática aún a riesgo de me echara de allí. Cuando lleguemos a las baldosas azules, frente a la bañera, mi papá se quitó sus bóxers sin ningún pudor y se sentó en la taza del inodoro, no antes de que yo le echara un vistazo fugaz a su polla. Me encantaba su rabo. Carnoso, fuerte como él, y un poco grueso. Y mientras él orinaba, yo me preguntaba una vez más como era posible que pudiese hacer sus cosas, así sin ningún tipo de vergüenza, estando yo delante. Llegué a la conclusión que mi padre, como militar profesional, estaba acostumbrado a hacerlo todo rodeado de otros hombres. Y con esos pensamientos abrí el grifo de la bañera y dejé correr el agua.-¡No muy caliente, por favor! –me pidió él. Y le obedecí jugando con los grifos intentando buscar la temperatura adecuada para su baño.Cuando la bañera estuvo medio llena, él se ...
    ... levantó de la taza del inodoro, y sorteando sus boxes tirados en el suelo, bostezó de nuevo alzando ambos brazos a la vez, exponiendo nuevamente su velludo torso. Eso me dio una nueva oportunidad de contemplar su polla, imaginando las escenas que añadiría esa noche a mis fantasías sexuales de antes de acostarme, en las que él sería el protagonista más exclusivo. Yo no sé si él se dio cuenta de que yo le miraba, pero me sonrió vagamente antes de entrar en la bañera. Sus ojos brillaban, o eso me pareció. Una vez dentro del agua, se estiró cuan largo era y cerró los ojos. Permaneció ahí un rato, con los ojos cerrados. Y yo miraba absorto su flácido miembro viril que parecía flotar y mecerse en el agua caliente. Quizás para romper el hechizo de tan calenturienta visión le pedí si le podía frotar la espalda, como solía hacer yo cuando era pequeño. Accedió, pasándome una esponja enjabonada, al tiempo que se reclinaba en la bañera para que yo pudiera acceder a su espalda peluda. Ahí bajo, la grieta de sus nalgas sobresalía del agua de una forma cautivadora, como un accidente geográfico en la costa. Pese a ello, comencé a enjabonarle su espalda muy despacito y papá dobló sus rodillas y recostó su rostro en ellas mientras se dejaba hacer. Mientras le frotaba la espalda me quedé pensando en lo afortunado que era tener un padre tan guapo y acaso tan sumiso. Al poco los reflejos de la luz fluorescente sobre el agua me mostraron de nuevo su polla flotando en el agua… Pero de pronto, él se ...
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