El vestuario
Fecha: 15/01/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Como todas las semanas, Sonia y yo al salir del trabajo nos dirigimos a nuestro entrenamiento de baloncesto, pero ese día, me dijo que estaba más guapa de lo habitual. Lo que ninguna de nosotras sabíamos era lo que nos iba a suceder después. (Sonia es una chica guapísima, 1,75, con un pelo larguísimo y muy negro, ojos negros, labios carnosos pero sin exagerar, pero sobretodo lo que me gusta de su precioso rostro son esos oyuelos que se le marcan cuando sonríe con esa dulzura que la caracteriza tanto. Es bastante delgadita y tiene unos pechos redonditos con unos pezones pequeñitos pero muy bonitos, en fin unos pechos perfectos, eso si tiene una bonita espalda y un culito respingon que deja boquiabierto a todo el que la ve. En cambio yo, Alex, soy una chica de las que se dice del montón, 1,68, pelo castaño oscuro, ojos grises, pechos pequeñitos y un trasero respingón pero sin exagerar demasiado). Cuando llegamos al pabellón, como cada miércoles, nos encontramos con las demás compañeras del equipo empezamos a contarnos los cuchicheos del trabajo, como siempre, pero ese día yo noté a Sonia más cariñosa de lo que no había estado nunca, pero no le di demasiada importancia. Fuimos al vestuario a cambiarnos y mientras nos quitábamos la ropa para ponernos los pantaloncitos cortos y la camisetita de tirantes, me di cuenta que Sonia no me quitaba el ojo de encima y yo sin más preámbulos la miré y sonreí. Salimos a la cancha a calentar, aunque he de reconocer que las miradas de Sonia ...
... me estaban empezando a subir la temperatura y cuando ibamos a empezar llegó Riky, (nuestro entrenador un tipo no muy músculoso pero con un cuerpazo de atleta impresionante, guapo, alto, moreno de ojos marrones, con una sonrisa que enamora y un culito perfecto). Como siempre Riky nos dijo que empezaramos a correr y así lo hicimos, en silencio, una detrás de la otra y yo me puse detrás de Sonia. Corriendo me fijé en su culito, en su espalda y su larga cabello que llevaba recogido con un moño. Cuando llevábamos 25 minutos, Riky nos dijo que hiciéramos estiramientos y como en cada entrenamiento Sonia y yo los hicimos juntas. Mientras estirábamos, noté la mano de Sonia que me empezaba a acariciar el muslo con mucha suavidad llegando hasta la ingle, y a mi me empezó a subir la temperatura corporal, notaba un cosquilleo que me gustaba mucho y sentía que quería que esa suave mano siguiera acariciándome por todo el cuerpo. Después me toco a mi ayudarla a ella y mirándola a los ojos le acaricié la espalda y sonreí. Empezamos a jugar un partidillo de entrenamiento y por suerte me tocó en contra de Sonia (que bien pensé así la cubriré a ella), estuvimos todo el partidillo rozándonos y entrecruzando miradas que cada vez eran con más deseo de acariciarnos hasta que acabó el partido y nos fuimos a duchar. En el vestuario nos pusimos a hablar de cómo había ido el partido mientras las demás se duchaban e iban saliendo de allí, una vez solas nos decidimos a entrar en las duchas. Encendimos el ...