Diego y su amiga trans.5 - Relatos Eróticos

Diego y su amiga trans.5

... en la cama, se le tiró encima y sin mediar otro movimiento apoyo glande en el agujero de Diego y lo fue penetrando, era tal la calentura y desesperación que tenía Diego, qué cuando sintió que la cabeza de la poronga de Erika sí habría pasó sus esfínteres se dilataron y degluttieron a la mitad de la bestia. Al sentir la penetración Erika lo empujó y lo llevo hasta el fondo haciendo chocar sus huevos contra las nalgas de Diego. No era lo que necesitaban los dos, Diego disfrutaba con cada embestida de la travesti, sentía que cada pijazo era un golpe de placer, Erika disfrutaba de la estrechez de la cola de Diego, lo penetraba con movimientos suaves pero firmes, trataba de aguantar lo más que podía, ambos sabían qué es la acabada era inminente, Erika se la saco, lo puso de rodillas en la cama con la cabeza hacia el medio, en cuatro apoyado el en sus codos le ofrecía como una flor su orto ya penetrado, deseoso de ese mástil de carne, Erika lo volvió a embestir, mientras lo sujetaba de las caderas se la enterraban lo más que podía, Diego solo se dejaba penetrar porque sabía que de la desesperación que tenía iba a acabar sin tocarsela. Los gemidos de ambos aumentaron y al unísono explotaron en leche, habían acumulado dos semanas de calentura, ambos habían explotado, Diego sentía como una leche espesa y caliente le recorría su interior, mientras cenaba la cama con la suya, Erika no sacó su poronga del orto de su sometido, empezó nuevamente hacer movimientos acompasados, le estaba ...

... echando otro polvo sin sacársela, apenas se le había aflojado un poquito pero re cobraría dureza a la brevedad. A Diego le pasaba lo mismo apoyado en una mano y masturbándose con la otra se le puso dura de vuelta, era impresionante poder que ambos tenían de recuperación alimentado por la terrible calentura. Ella lo dio vuelta poniéndolo boca arriba, sin importarle qué la espalda de Diego cayera sobre toda la leche que había esculpida, puso su pata sobre el hombro y de una se la puso toda. Mientras se lo cogía ambos bañados en transpiración, ella con voz ronca y agitada le preguntaba ferozmente, te gusta mi poronga putito? Te gusta cómo te cojo?? Te gusta putito?? Te gusta cómo te rompo el orto??? Y Diego a cada pregunta le contestaba con un sí sí sí!! Amo esa berga, me encanta como me coges, me encanta como me rompes el orto, siento como esa terrible poronga me desgarra por dentro y me encantas!!! Quiero que me cojas toda la vida!!! Decía Diego con ojos desorbitados. Te voy a coger toda la vida mi putito, vos y tu orto son lo mejor que me pasó en la vida!! Replicaba Erika mientras chorreaba su transpiración por todo su cuerpo. Vos y esa terrible poronga son los mejor que me pasó en la vida mi vida!! Mientras El vayven del entresaca de Erika era de un ritmo infernal. Diego miraba por los espejos de la habitación como esa travestis de cuerpo esculpido y poronga gigante lo estaba garchando como si fuera una nena. Sentía como el glande de Erika le llegaba hasta las entrañas. Quiero ...