1. Amalia y un camionero


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    fuertemente su cabeza, le tiro un poco del pelo y se empezó a contraer en un fuerte orgasmo. Quedó quieta en el asiento completamente relajada, él le daba besos y pequeños lametones recorriendo todo su cuerpo, ella volvía a sentir placer, se incorporó un poco para acariciarle el pecho y la espalda, bajó sus manos hasta el pantalón mientras se fundían en otro gran beso, las metió dentro y acaricio su culo por debajo del calzoncillo, él se incorporó un poco, desabrocho el pantalón y se quitó el calzoncillo, al hacerlo emergió su gran polla tiesa, no solo era grande sino también ancha, le dio un poco de “miedo” el tamaño, él le susurró al oído, “no te preocupes, te entrara toda y disfrutaras como nunca”, al escucharlo volvió a estremecerse de placer, con sus manos empezó acariciar la gran polla, sus huevos hinchados y llenos de leche, no pudo resistirse se inclinó hacia él y se la metió en la boca, chupo su capullo del que salían gotas preseminales, su sabor le pareció exquisito, comenzó a lamer todo el tronco, llegando a los huevos, los acaricio con la lengua, se los metió en la boca, los paladeo, él suspiraba de placer, volvió a ascender por el tronco, se metió el capullo en la boca, intentó meterse el resto pero era demasiado grande, se limitó a jugar con ella dentro de su boca, él la aparto un momento y le dijo que parara, que no quería correrse aún. Volvió a inclinarse sobre ella, la cubrió de besos y pequeños lametones, volvió a dedicarse con calma y placer a sus pechos, ...
     los paladeaba como si fuera un niño de teta, mientras con sus dedos acariciaba el clítoris y penetraba en su coño, excitándola, haciendo que su coño se volviera a inundar de fluidos, dilatándola. Ella acompañaba los dedos de él con suaves movimientos, le rogó que la follara, pero él se hacía desear, ella necesitaba sentirle dentro, que la follara, estaba tan caliente, excitada y llena de pasión, sus ojos estaban en blanco no sentía otra cosa que no fuera el placer que él le estaba proporcionando. Sintió como él la penetraba, a pesar de lo grande que era su polla consiguió que se deslizara suavemente dentro de ella, grito de placer, ella estaba tumbada y él abrazándola y metiéndola despacio, lentamente, pero encima proporcionándoles un placer inmenso, aceleró un poco las embestidas, ella salía a su encuentro, se movían al compás, y cambiaron de postura, él se sentó y ella se puso encima de él, ahora ella llevaba el control de la profundidad e intensidad mientras él le chupaba nuevamente sus tetas, tenía devoción por ellas, nadie nunca les había dedicado tanta atención, con cada penetración ella se llenaba más y más, sus fluidos salían como un torrente, se estaba acordando de cuando follaba con el morito Alim; ella se giró, él continuaba sentado y se la tenía metida por detrás mientras ella se agarraba al salpicadero y sentía sus embestidas y como sus huevos chocaban contra su culo, él tenía las manos sobre sus pechos agarrándolos con firmeza; sus embestidas fuertes, rápidas, ...
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